Capitulo 24

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Me levanté temprano, me cambié de ropa, me puse unos pantalones negros, una camisa azul con rojo, de bajo una blusa blanca y unas zapatillas azules, tomé mi cabello e hice una trenza a un lado, pero aún así no me quedaba bien hecha.
Bajé a la sala, ahí estaba mi padre como todos los días, y Lucas iba bajando detrás de mí en la escalera.
-buenos días- dije sentándome en la escalera.
-¿cómo amanecieron?-preguntó mi padre con una sonrisa.
-bien-dije feliz.
-bien igual- dijo mi hermano.
-bueno, este fin de semana es largo, así que nos iremos de viaje- dijo mi padre alegre.
-¿enserio?- dije entusiasta.
-claro-río- si quieres invita a tu amiga- dijo él
-gracias, hoy mismo le diré- sonreí.
-¿y puedo invitar a Matt? Es el hermano de Cher- preguntó mi hermano.
-claro- respondió mi padre- bueno vamos que se nos hace tarde-
Subí a mi pieza a buscar mi mochila y lavarme los dientes, luego de eso me subí al auto y nos fuimos al colegio.
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-Linda- dijo Christian llegando a mi lado-¿estás enojada conmigo?¿pasa algo?- preguntó preocupado.
-no y no- sonreí.
-¿segura?-preguntó nuevamente.
-sí Christian, solo que ayer me tenía que ir temprano porque- pausé.
-tenía que ir a ayudarme con unas materia- dijo Cher mirándome.
-si eso- sonreí.
-ah okey, me había preocupado- dijo el aliviado- pero falta algo- dijo estirando sus labios.
Tomé las mejillas de Christian y le di un pequeño beso, con el cual todo mi estomago se revolvía con las mariposas, tenía ese efecto con cada cercanía o solo mirarlo a los ojos.
-te adoro- dijo él al separarse.
-yo también-sonreí.
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-Christian-reí mientras él comenzaba a girar.
Después de la escuela Christian me llevó al parque, el me tomó de mi manos y empezó a dar vueltas.
-basta- dije riendo más.
-vamos es divertido- dijo él.
Dejo de dar giros, y me abrazó.
-eres preciosa- dijo besando sonoramente mi mejilla.
-no lo soy- dije.
-eres hermosa, no lo sabes, pero eres hermosa para mi-
-nadie es perfecto pero tú lo eres para mi-sonreí.
-te adoro- dijo besando la comisura de mis labios.
-y yo a ti amor- me sonrojé.
-te ves hermosa como tomatito- río.
-basta- reí.
-ven vamos a comer un helado- dijo tomando mi mano.
Caminamos hasta una heladería, él pidió un helado de chocolate y yo uno de frutilla.
-¿cómo está tu helado?- preguntó.
-muy rico- dije sonriendo.
-déjame probar- sonrío 
Se acerco lentamente a mí y unió sus labios con los míos.
-esta exquisito- dijo lamiéndose sus labios.
-christian- me sonrojé
-¿qué? Está delicioso- dijo inocente.
Seguimos hablando, cada vez me hacía reír, me sacaba sonrisa, y robaba besos.
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-papá, ¿fuiste a hablar con el padre de Cher?- le pregunté.
-sí-sonrío.
-¿y qué te dijo?-pregunté ansiosa.
-pues…- dijo serio.
-dilo rápido-lo apuré.
-dijo que no- dijo serio.
-¿enserio?- dije desilusionada.
-es mentira, él dijo que sí-río- y también irá con nosotros-sonrío.
-SI-grité feliz- ¿se hicieron amigos?-sonreí.
-si-sonrío.
-¿y cuándo nos vamos?-pregunté.
-el viernes en la tarde partimos-río por mi felicidad.
-gracias-reí.
-¿por qué?-
-por ser el mejor papá-lo abracé.
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-hola linda-dijo Christian al otro lado del teléfono.
-hola-reí.
-¿cómo está la chica más perfecta?-preguntó.
-bien-reí-¿y cómo está el chico más hermoso de todos?-reí nuevamente.
-perfecto, que ahora hablo contigo-
-eres tan tierno-reí.
-y tu eres tan perfecta-supe que estaba sonriendo.
-basta yo no soy perfecta-dije- soy todo lo contrario, ni siquiera se porque te enamoraste de mi, soy fea, tonta…- me interrumpió.
-basta de insultarte, tú no eres así, quizás tengas defectos, y esos son los que te hacen hermosa y única.-dijo.
-quizás tengas razón con lo que digas-dije un poco convencida.
-y claro que la tengo-respondió rápidamente.
-bueno como sea, adiós-dije
-no te enojes ¿bueno? Solo digo la verdad y te enojas por decir algo verdadero y no una mentira- dijo él.
-no estoy enojada, aparte es solo una estúpidez-dije tranquila.
-bueno te creo- dijo él.
-adiós, te adoro Christian- dije despidiéndome.
-adiós linda, yo te adoro más-sabía que sonreía.
Corté el teléfono, y me paré a lavarme los dientes, ya me iría a acostar.
En las noches me empezaba a costar dormirme, me ponía a pensar o empezaba a hablar sola. Me acosté entre las frazadas de la cama, Hannah había puesto más frazadas, yo estaba pasando mucho frío en las noches, cerré los ojos para hundirme en un largo sueño.

En Mis Cortes Fuiste La Sal (Christian Beadles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora