Last Hope// Oh Sehun

2. The Boss

Abrí mis ojos con el sonido de la molesta alarma, un destello de claridad se colaba por un espacio que las largas cortinas rojas no cubrían.
Recordé que no estaba en mi casa y de inmediato volteé para observarla, me sorprendió un poco ver que no se encontraba a mi lado, pero seguramente ya se habría levantado por la costumbre.

Me puse de pie, tome mi camisa y comencé a abotonarla cuando un pequeño papel sobre su almohada acaparó mi atención, me acerque y lo tome entre mis manos, comencé a leerlo para llevarme una gran sorpresa

"Baeky, lo siento mucho pero no puedo permitir que sigas entrometiéndote en esto. Te estoy plenamente agradecida por compartir conmigo esa información.
Prometo que estaré bien y volveré con el culpable de todo esto, vivo o muerto.
Gracias por quedarte anoche, significó mucho que no me dejaras sola...
Te quiero! Y pon ímpetu en evitar odiarme por esto ^^"

-Tsk... Idiota

**^**

Mi cabeza aún daba vueltas, me hubiese gustado seguir en mi cama hasta el anochecer, pero sabía que si no aprovechaba ese momento para viajar, Baek me seguiría hasta aquí y se pegaría como garrapata.

Bajé del avión e instantáneamente me arrepentí de haber bebido la noche anterior, no solo porque podría contar con mi coche en este momento, sino que como plus hubiese evitado este intenso dolor de cabeza. Salí del aeropuerto y pedí un taxi. Durante el viaje mi móvil comenzó a vibrar y yo supe quién sería, realmente hablar con un Baekhyun enojado era enfrentarme a un dragón con una daga.

-Alo...

-¿Cómo llegaste princesa?

Analice cada palabra, su tono, intente imaginar su expresión pero nada de eso sonaba como enojo para mí.

-Uhm...estoy en viaje a casa de mi madre

-Creí que pagarías una habitación

-No lo vi necesario

-¿Cómo conseguiste pasaje a la madrugada?

-Mostré mi placa... pero antes de que digas nada fue con consentimiento- me apresure a hablar para defenderme de un posible ataque -llamé al jefe, prometí que descansaría pero solo necesitaba hacerme cargo de este caso

- ¿Y aceptó?

- Me transfirió como asistente a la oficina de aquí

-¿Estarás bien?

-¿Por qué no lo estaría?

Olvídalo... si notas algo fuera de lo normal por favor llámame

-¿Fuera de lo normal? Estaré bien Baek, no te preocupes

-Si... bueno, adiós

-Bye

Fue una charla bastante confusa, aun no entiendo porque resultó tan apacible.
Baje del coche después de pagar al chofer y le di un vistazo a la casa.
Obviamente estaba más deteriorada de lo que recordaba, los rosales y lirios de mi mamá estaban cubiertos por el alto césped, la puerta estaba rodeada de pequeñas telas de araña que me recordaban los dieciséis largos años en los que no volví a pisar este lugar.

Cuando tenía nueve años, mi mamá falleció de leucemia. Fue un golpe duro para papá y para mí. Mi madre era la alegría de la casa, aunque era bastante estricta y no era tan cariñosa como mi padre, siempre fue nuestro pilar. Cuando ella se fue, se llevó todo rastro de optimismo en mi personalidad por lo tanto, mi papá tuvo que tomar esa actitud positiva para sacarnos adelante a ambos.
Nos mudamos unos meses después a Busan, mi padre era un abogado reconocido y consiguió empleo allí, así que lo vio como una buena oportunidad para volver a empezar.
Decidió no vender la casa ya que era el único recuerdo que conservamos de ella.