PROMISES [EN EDICIÓN]

CAPITULO 4

-Buenos días.

Levante la vista. Miles sonrió y se sentó a mi lado. Estábamos en clase de Literatura, decidí sentarme al fondo ya que hoy no era mi mejor día y la cruda no ayudaba. Intente sonreír, pero la vergüenza y los nervios se apoderaron de mí.

-Matt me dijo que me llevaste a mi casa ayer. – le dije. – La verdad no recuerdo nada... pero gracias.

- ¿Podrías mirarme mientras me agradeces? – preguntó amablemente.

Lo miré a los ojos y sonreí nerviosa.

-Perdón es solo que... dime por favor que no hice o dije una tontería. – suplique.

Miles rio.

- ¿Enserio no recuerdas nada?

Negué con la cabeza y él suspiró.

-No te preocupes. – dijo mirándome fijamente. – te quedaste dormida en el carro y tuve que cargarte a tu cuarto.

- ¿Cómo supiste...?

-Tu madre estaba despierta y...

-Ella no es mi madre. – lo interrumpí. – Digo... ¿ella se dio cuenta de como llegue?

Asintió. Supongo que Mary fingió en la mañana. Pase mis manos por mi rostro con frustración.

-No te preocupes. – me dijo en un intento de tranquilizarme. – Hable con ella antes de irme. Todo estará bien.

Hice una mueca.

-Confía en mí. – dijo.

Suspire.

-Supongo que no me queda de otra.

Miles recargó los codos en el banco.

-Ya se cómo me puedes pagar ese favor.

Lo mire con los ojos entrecerrados.

-Ni creas que será con favores sexuales.

Miles soltó una carcajada.

- ¿Ir de paseo te parece bien? – preguntó con una sonrisa. – ¿O es inapropiado?

Puse los ojos en blanco.

-Supongo que podemos hacer eso...

-Bien. – dijo. – Saliendo de clase te vienes conmigo.

No pude negarme ya que la maestra entro al salón y empezó a dar la clase. No es que me cayera mal Miles, la verdad me parece agradable, pero no podía evitar sentir algo que me decía que no debería encariñarme con él.

La clase pasó lentamente mientras yo me la pase pensando en que planeaba Miles para su paseo. Me propuse a mi misma a solo llevar una amistad con él.

Las siguientes clases las compartí con Emily, quien me siguió ayudando con los repasos y a la vez me contaba uno que otro chisme que había en la escuela acerca de la fiesta de ayer. Ella prefirió no ir, pero aun así se enteró de unas cosas, y hasta ahora no ha dicho nada de mí así que agradezco al universo.

-Oh también están diciendo que te fuiste con Miles. – mencionó y dejó de ver el libro para verme a mí.

Mordí mi labio inferior.

-Algo así... – conteste y deje de escribir en mi cuaderno cuando note que me miraba de una manera que me dio risa y miedo a la vez. – ¡Esta bien! Al parecer así fue.

-¿Al parecer? – preguntó con burla.

-No recuerdo mucho de esa noche, de hecho, nada. – comente. – Al parecer solo me llevó a mi casa.