Prólogo

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Me llamo Alessandra y cuando tenía 5 años ingresé al colegio y me hicieron una prueba para ver si podía entrar, pero aquel día me dijeron que había un problema y debía que subir algunos curso por que ya sabia hacer todas aquellas cosas, así que al ingresar lo hice de inmediato a 2 Básico y todos los niños que se encontraban en el salón me miraban mal.

-¡Que hace esa bebe aquí! -dijo un niño a la profesora.

-Ella es Alessandra y es su nueva compañera, ella es mas inteligente que los de su curso por eso la tuvimos que adelantar algunos cursos.

(...)

-¿Mamá? -grité en casa. Nadie me respondió y me empecé a asustar un poco, las cosas se comenzaron a mover un poco, las luces se empezaron a apagar, salía aire entre mis dedos haciendo que las cosas se esparcieran.

-¡Mami, tengo miedo! Ayúdame ese señor me esta mirando! -grité, ojalá me escuche.

-Hija que paso?!, Tranquila ya estoy aquí... Relájate para que controles mejor tus poderes, un poco aunque sea -veía el susto en sus ojos.

-Ese señor me esta mirando! Y me esta pidiendo algo -dije llorando.

-Que señor bebé?! -yo apunté al lado del armario donde estaba parado el señor.

-Mami él esta ahí, no lo ves? -ya mas calmada la mire.

-Perdón hija, no lo veo, pero quédate tranquila que ya todo esta bien, yo estoy contigo. -me abrazó y se acostó a mi lado.

~2 años después~

-¿Alessandra como te ha ido en el colegio? -dijo alegre mamá.

-¡Bien, me saque la mejor nota del curso! -salte para que ella me tomará y así poder abrazarla.

-Que bien hija, oye ya encontramos a alguien que nos puede ayudar con lo que te esta pasando -me bajo y fuimos dentro de la casa.

-Si? Y quienes son mami? -la curiosidad mato al gato.

-Ya lo veras, los conoces por la televisión y son tus favoritos.

Y hay es cuando veo a mis modelos preferidos ellos son?!..

-¿Marina y Adam?, ¿Que están haciendo aquí? -hable demaciado rápido, estaba muy emocionada porque ellos estén aquí.

-Nosotros te vinimos a ayudar, por que también somos como tú... también tenemos poderes -se agachó y me hablo como si estuviera con una niña de 3 años, Marina pensaba que era una niña chiquita.

-Perdón si se lo digo de mala manera, pero yo tengo 7, no soy un bebé para que me hable de esa manera -creo que en la a última frase fuí cortante... pero se lo dije respetuoso a Marina.

-Si lo lamento, se me olvidó que tú has madurado antes por lo que nos han dicho tus padres -me dio una sonrisa tímida y se la devolví mostrando mis dientes un poco.

-Esta bien, empecemos con las clases -comentó Adam.

-¿Clases?, pero si recién llegué de ellas, ¡Mamá! -ahora si me podrían decir niña chiquita, además le agregué un puchero.

-Perdón nena, pero estas no son clases como las de el cole, aquí podrás aprender a controlar tus poderes -me explicó ella.

-Aah, por cierto, por si no lo saben pocas personas que vienen del océano Atlántico o hijos de ellos heredan estos poderes, pero por lo que me han dicho ustedes no son de allí, debo de hacer esta pregunta, asi que... ¿Es adoptada? -susurra Marina, aunque no tan bajo porque todos lo habíamos escuchado perfectamente.

-¿Qué? No, por supuesto que no es adoptada -hablo estrepitosamente mamá.

-Que raro, por lo que yo se o me han explicado cuando un humano proviene del lado del océano Atlántico o naciste de uno que venía de allí obtienes los poderes -habló confundida, por lo que yo no entiendo mucho de eso, es la primera vez que me cuesta tanto entender algo.

-Ya lo averiguaremos, pero ahora a practicar -Adam estaba tan feliz como un niño y su libro nuevo.

~3 años después~

-Mamá ya llegué -grité entrando a casa.

-Estoy en la cocina, ven un poco hija -gritó.

-¿Que necesita mamá? -me puse a su lado en la cocina.

-Hija, Marina y Adam se tuvieron que ir y no podrán venir a tus practicas semanales, aunque me dijeron que ya estabas lista, que ya podías controlar bien tus poderes y que no los necesitabas -sus ojos brillaban de tristeza, aún nosé si porque ellos se fueron o por mi reacción al saber que se habían ido.

-Esta bien pero por que se tuvieron que ir? -baje la cabeza, se me hacían interesantes las baldosas en estos momentos.

-Sus trabajos, no pudieron rechazar más empleos, por lo que justo todas las sesiones son los viernes -me dijo con voz dulce y pacífica tratando de consolarme.

-Estoy bien Mamá, solo un poco triste porque se fueron pero estoy bien, ellos también tenían que vivir su vida -los entiendo de igual manera- Voy a practicar como ellos me enseñaron, nos vemos en la cena.

(...)

¿Sonreír Después De Todo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora