Experiencia 1

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Querido Diario, hoy te cuento que la primera vez que Andrés me visitó, me había comido una semilla de sandía en el desayuno. Pensé que la semilla estaba creciendo y a la vez estaba destruyendo mi hígado de lo grande que era el árbol y así llegué a la conclusión de que la sangre tenía que salir y el lugar mas cercano para hacerlo era mi zona privada. La ranita femenina. La vagina.

Y sí, hígado, era el único órgano cuyo nombre y función me sabía a la perfección.

Andrés, no sabes cuanto te odio.

                                           Andrea.

Bendito AndrésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora