Experiencia 49

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Querido Diario,
Una vez visité el Roraima, un gran tepuy de Venezuela. En medio de la larga caminata nos sentamos a destanzar y yo lo hice sobre una linda roca.

Cuando me paré, me di cuenta de que mi semana de caminata estaba comenzando, Andrés adelantó su visita dos semanas y que había una mancha en la pobre roca.

Dejé un pedacito de mi en Roraima, de seguro los pobres indígenas pensarán que mataron a algún animal y solo fue una mujer de ciudad que es otra víctima de las maldades de Andrés.

Ay Andrés, ni en medio de la nada me puedes dejar en paz.

                                              Andrea.

Pd: fue una terrible semana.

Bendito AndrésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora