Homofobia. || Muke Clemmings.

Capítulo Dos: Chicos problemáticos.

Narra Michael.

Estaba recostado, tan centrado en la música, que no prestaba ningún tipo de interés hacia las explicaciones; Hasta que escuche mi apellido... Eso realmente me asusto.

–¡Clifford!–grito.

–¿Que pasa señorita?–pregunte alzando la vista.

–Que se esta durmiendo en mi clase, eso es lo que esta pasando señor.–dice de mal humor.

–Lo lamento, pero realmente me aburre su clase, que más le puedo decir.–respondí, todos rieron.

–¡A orientación, ahora mismo!–grito.

–Okay.–contesté.

Me encogí de hombros, recogí mi mochila y me salí como si nada hubiese pasado, todos comenzaron a reír por aquella acción y me sentía extrañamente orgulloso de mi acción... Nunca era tan patán cuando me sacaban de clase, pero era un gran progreso hacer esto, ya que generalmente imploraba que no me sacaran y técnicamente lloraba para que no me mandaran, eso es un gran cambio, tal vez con esta actitud cambie su burla hacia mi.

Llegue con la orientadora, ella me miro de mal modo cuando me vio entrando por la puerta, pues solamente en mi primer año fui un chico bastante problemático, o al menos eso siempre les encanta recalcarme, eso duele demasiado aunque nadie lo crea o piense que es gracioso.

–¿Que haces aquí Michael?–pregunto tomando una hoja.

–No se, ni yo comprendí.–conteste riendo.

–No es gracioso.–dice molesta.

–Lo sé, pero la maestra de Anatomía le encanta enviarme aquí, para librarse supongo.–dije.

–Bueno, solamente no te quiero quitar tu taller, pero tienes demasiados problemas Clifford.–confeso.

Ella comenzó a enumerarlos mientras yo reia por sus acciones, además de que cuando hablaba tenia un tipo de tic nervioso, eso era sumamente gracioso. No debo ser tan cínico cuando me recalcan mis errores pero es que realmente me lo debo tomar así, por mucho que me afecte. Estaba quedándome dormido, cuando escuche la puerta abrirse de una manera agresiva, eso me provoco asustarme.

–¡Lucas! ¿Que hace aquí?–grito otra orientadora.

–Me mandaron sus estúpidos maestros.–dice en modo de queja.

–¿Que has hecho?–dice la que me atendía a mi.

–¡No aguanto su puta clase!–grito.

–Ese vocabulario Hemmings.–le reprimieron.

Supuse que era a quien le tenía miedo Calum, me escondí en mi sudadera, no quería tener ninguna clase de interacción con aquel chico, a pesar de que ambos eramos unos cínicos y algo así como chicos malos..., No tenia ni el más mínimo interés por discutir con aquel chico, o salir golpeado por sus amigos.

Narra Luke.

¡Puta escuela! ¡Putos maestros! Joder, tenía mucha rabia acumulada gracias a la estúpida maestra de Literatura, esa maldita vieja siempre me decía que cambie y que mis notas siempre son las peores. Sinceramente no son lo peor, trato de dar lo mejor para que nadie se quejé, pero todo es culpa de esa estúpida imagen que tienen de mí. La escuela tiene una teoría de que soy un chico problemático, alcohólico, drogadicto y quien sabe que cuantas más estupideces inventan... Debido a que la mayoría de los chicos me tienen miedo, y algunas chicas mueren por estar conmigo, me daba asco pensar que querían que me las tirará, pero en esta escuela las chicas “populares”  son las más zorras que he conocido.

Lo se, me quejó de todo este sistema de mierda, pero solamente me gusta reclamar sus errores por que a mi sus empleaduchos amaban hacer eso conmigo. Pero aquí soy como su viejo juguete, después de tantos problemas, no pueden conmigo y creo que es bueno, aunque mamá tenga que venir. La realidad que tiene mi familia es diferente, pues soy él chico más educado, estudioso, y cero doy problemas, pero solamente por malas influencias que tuve cuando entre al instituto, nunca debí haberme relacionado con aquellas personas que me llevarían a todo este desastre, en él que me he convertido, del cual no estoy para nada orgulloso y me estresada pensar que no he cambiado, aunque todos digan y piensen lo contrario sobre mi.