Recuerdos del pasado

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"Llueve.

Y las aceras están mojadas.

Todas las huellas están borradas.

La lluvia guarda nuestro secreto."

Cuando hubo despejado su mente se encaminó hacia su casa. Mientras recorría el pequeño trayecto no paraba de pensar en su excompañero de pelea, echaba de menos sus chistes malos y su manera de coquetearle. A decir verdad no había vuelto ha haber más Akumas, eso en cierto modo la preocupaba. Pero ahora no tenía la cabeza para esas cosas.

Cuando llegó a su casa se destransformó y se tumbó en su cama mirando al techo de su habitación.

-Tikki, no puedo más con esto, lo dejo.- Dijo Marinette sin mirar a la kwami.- no quiero seguir siendo Ladybug.

-Pero Marinette, yo se que puedes, solo tienes que acostumbrarte un poco y ya está. Todo saldrá bien.- le contestó Tikki.

- ¡Pero es que no puedo! no soy capaz de vivir sin Adrián y luchar sin estar al lado de Cat Noir. Y no quiero hacerle algo malo a alguien por estar pensando en ellos.- dijo Marinette estampándose una almohada en la cara. 

- Pero...- No le dejó terminar la frase, la joven se levantó y se puso a dar vueltas por la habitación. Estuvo así un buen rato hasta que se percató de algo. Encima del escritorio estaba su diario abierto por una página, se acerco y empezó a leer:

"Querido Diario:

No te vas a creer lo que me ha pasado, ha sido algo completamente mágico.

Al llegar a la escuela me he encontrado con un chico nuevo que parecía estar pegando un chicle en mi asiento, entonces cuando lo he visto me he enfadado y le he dicho que se marchara. A mí me sonaba la cara del rubio, pero no sabía que, entonces mi amiga Alya, (la que te conté que conocí ayer), me ha enseñado una foto del chico en un revista de mi diseñador favorito, Gabriel Agreste, y entonces me he dado cuenta de que era su hijo, pero aún así no me caía bien, porque yo creía que me había pegado el chicle.

Pero la historia no acaba ahí, lo fascinante ha sido a la salida. 

Cuando ha sonado el timbre que indica el final de las clases, he salido, pero estaba lloviendo, y como no tenía paraguas me ha tocado esperarme hasta que dejara de llover para irme a  mi casa. Alya ya se había ido hace rato y el colegio ya estaba vacío. 

Entonces de repente aparece el joven Agreste que intentaba hablar conmigo, pero yo no quería hablar con él, pero entonces me explicó lo que en realidad había pasado.

La verdad era que había sido Chloe la que había puesto el chicle en mi asiento. Él solo lo estaba intentando quitar. 

Cuando terminó de hablar me quede sin palabras, debo admitir que es un joven muy guapo y , además, con la luz que había, su belleza era impresionante. Y entonces supe lo que estaba pasando, me había enamorado de Adrián. Y por si fuera poco lo que acababa de pasar, me dio su paraguas, y por una milésima de segundo nuestras manos se rozaron, fue un momento mágico, pero como siempre, lo tuve que estropear.

Cuando me dio el paraguas y ya lo tenía en la mano, se me cerró de golpe, atrapándome. De repente, escuché una risa, era un sonido muy dulce, lo único que pude hacer fue reír con él.

Después se marchó y entonces intenté despedirme pero empecé a tartamudear. Al final tuve que asumir que me había enamorado, y tengo que admitir que nunca me había sentido tan bien en toda mi vida. Es increíble la velocidad que puedes cambiar de opinión acerca de una persona."

Cuando Marinette terminó de leer, cerró el diario y lo dejó sobre la mesa. Una lágrima le resbaló por la mejilla, ese momento lo recordaba cada noche y deseaba que volviera a pasar. Ahí había conocido a su primer amor y seguramente el último, porque se negaba a querer a otra persona que no fuera a él. 

A duras penas, se puso el pijama y se acostó, cuando estuvo ya en la cama, no pudo aguantar más las ganas de volver a llorar, le estuvieron cayendo lágrimas hasta que la pobre se durmió. Cuando se hallaba en un profundo sueño, la pequeña kwami se acercó y le beso la mejilla.

-No te preocupes Marinette, Adrián volverá. Todo saldrá bien.- le susurró Tikki al oído. Cuando terminó de hablar, apareció una pequeña sonrisa en la cara de la joven azabache. 

A través de una canciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora