Capitulo 8: La cita y Dax

59 5 3
                                    

- Sobre Brais. - al escuchar su nombre me quedo en seco.
- ¿Con Brais? ¿Qué pasa con él?
- Hija el...
- Mamá, deja ya los rodeos. Por favor dime.
- Brais murió.

No tenía nada que decir. Me levante con las lagrimas aproximandose a salir y subí a mi habitación.

No me pude despedir de el.

Dije que lo olvidaría. Pero no me refería de esta forma.

Dolió. Como si suprimieran todo mi ser.

Lloré. Las lagrimas que nunca derramé por nadie, las derramé por él.

Odié. Me odié a mi y lo odié a él.

Jamás había sentido tanta impotencia.

"Brais estaba a cortos metros alejados de mi.

Quería correr hacia él.

Pero era más fuerte el odio y rencor que ese deseo.

"Jamás debiste irte"

Murmuré y le di la espalda. Corrí lejos de él, con cada paso que daba me sentía más libre. Sentía menos peso, seguí corriendo más veloz hasta que ya no había nada. Sólo oscuridad. Miré a mi padre, mi madre y Alex, me acerqué a ellos y miré a mis espaldas."

- ¡Blake!

Despierto sin saber que había detrás de mi.

Mi madre entra con prisa a mi habitación.

- Hay un chico abajo que te habla, dice llamarse Alex.

- Ya voy - digo adormilada.

Me levanto con flojera y me dirijo al baño para lavarme lo dientes.
Bajo en pijama y mi madre está charlando con Alex.

- Buenos días cariño, Alex es el hijo de uno de los trabajadores de mis empresas de Los Ángeles, y los he trasladado aquí a Boston.

- Buenos días. - me dice Alex.

- Buenos días Alex.

- ¿Cómo? ¿Ustedes ya se conocían?

- Si mamá, ayer cuando Clemente y yo fuimos a dar un paseo. - le sonrío a mi madre esperando que entienda.

- Oh claro.

Me siento a lado de Alex y mi madre sale de la cocina.

- Ahm, ¿me buscabas?

- Sí, lamento despertarte.

- No importa.

- ¿No vas al Instituto?

- Ah, como te mencioné estos últimos días no han sido los mejores y dejé de ir unos días.

- Bueno pero ya estás mejor, ¿no es así?

- Si, ¿a qué instituto vas?

- Al católico. ¿Y tu?

- También, ¿me cambio y nos vamos juntos?

- Me parece bien.

Subo a mi habitación y me preparo rápido.

- Vámonos. - digo cuando bajo.

Alex asiente.

Salimos de casa y veo que se acerca rápido a su casa y lo sigo.

- Dime que no te asustan las motocicletas.

- Me encantan. - le digo asombrada cuando veo la suya.

- Perfecto vamos.

Antes de subirme me examino, llevo puesto unas faldas negras  con unas medias y botines de igual color, una blusa gris y una chaqueta.

Stolen bloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora