Siempre tú.

¿Colegas? 🌿

Era muy extraño tenerla tan cerca todos los días, luciendo como una completa desconocida ante mis ojos y  tan familiar ante mis demás sentidos.
No sabía cómo actuar cuando estaba cerca, me convertía en un niño que se limitaba a hablar y lo único que lograba hacer era asentir o negar con la cabeza ante cualquier cuestionamiento que Any me hiciera. Después de varios intentos fallidos por tratar de no pensar en lo que Anahí me provocaba, opte por ser indiferente con ella. En mi mente eso, quizá, funcionaria para disipar todo aquel desorden que se había provocado en mi desde el día en que la conocí, pero evidentemente fui muy ingenuo al pensar eso, porque no funcionó.
Los días pasaron en el set y Anahí empezó a formar amistades nuevas con los demás chicos y chicas del elenco, mientras que yo me limitaba a hablarle sólo cuando era necesario, no estaba seguro si ella había notado mi barrera, pero al parecer no le importaba mucho porque nunca me pregunto nada y después de un tiempo, ella también se limitaba a un saludo cordial y a conversaciones pequeñas cuando nuestros personajes compartían escena.

Después de casi medio año de trabajo juntos "Clase 406" llegó a su fin y con ello empezó a crecer un temor dentro de mi, el de ya no ver a Anahí todos los días, me asustaba un poco, aunque también era una liberación de toda esa presión que significaba el tenerla cerca y no poder hablar con ella.
Dulce, por mi comportamiento con Any, estaba segura de que me caía mal, así que se esforzaba mucho para tratar de que no coincidiéramos y cuando me hablaba de ella se refería como "una amiga", era extraño. 

Yo estaba seguro que amaba a Dulce pero no sabía que me estaba sucediendo con Anahí, nunca me había sentido tan desarmado y tan basura en toda mi vida. Incluso, cuando era un niño, entendí el hecho de que mis padres se divorciaban, sabía que era lo mejor para ambos, no hice ninguna bobada típica de niños con padres separados, pero esto, esto era algo malo, algo que me daba vergüenza el sólo pensarlo.

Actoralmente hablando, era evidente que Any estaba regresando, pero a mi parecer era un gran regreso, tenía mucha naturalidad al desarrollar su personaje y lo más importante, entendió a Jessica. Esa es una gran arma a la hora de tomar un rol, el entender las inquietudes y pensamientos de tu personaje y ella lo había logrado sin que nadie le dijera cómo hacerlo. En cuanto a las cámaras, ellas la amaban desde que tenia 3 años.

Para mi la actuación había empezado como un hobbie  en el cuál podía ganar un poco de dinero y darme algunos gustos, pero a través del tiempo se volvió algo tremendamente importante, así que este periodo que tendría después de "Clase 406" lo aprovecharía para pensar bien lo que quería, aunque sinceramente, sólo tenía pequeñas dudas porque realmente también quería ser ser piloto aviador, pero siendo honesto la actuación ya estaba, prácticamente, dentro de mi vida.
Pasaron aproximadamente siete meses antes de recibir una nueva propuesta de trabajo, siete meses alejado totalmente del medio y vaya que lo extrañé. Ese tiempo me sirvió para acentuar mi cariño hacia Dulce y olvidarme un poco de todo ese relajo de ojos azules llamado Anahí.
Una tarde Pedro Damián, el productor de Clase 406, llegó a mi departamento muy emocionado con el fin de platicarme lo interesado que estaba en mi, nuevamente, para protagonizar su nueva novela. Era un proyecto juvenil, igual que el pasado, con la diferencia de que habría más comedia y sería un ambiente mucho menos denso. Lo escuché con mucha atención y la verdad me parecía una gran oportunidad para relajarme un poco, todo iba bastante bien, hasta que Pedro me mencionó que dentro de la novela habría una banda de música y que mi personaje era parte de ella. Eso, en primer impacto, no me pareció una gran idea, yo era bastante consiente de mis fortalezas y debilidades también era consiente de aquello en lo que podría llegar a ser bueno y ser cantante no era una de esas habilidades. Después de varios intentos Pedro, como siempre, logró convencerme y acepté. 

Un mes después de haber hecho algunas pruebas de casting y de prepararme para el papel le comenté a Dul sobre el proyecto y me dejó totalmente sorprendido cuando me dijo que ella también estaría en la novela. Había decidido, al igual que yo, mantenerlo en "secreto" hasta que fuera algo seguro y ahora ambos estábamos dentro. Nada me daba más gusto que volverla a tener cerca, así habíamos empezado y me gustaba volver a los inicios.
Había pasado bastante tiempo desde la última vez que había preguntado por Any, aunque me acordaba de ella regularmente, pero no quería que Dulce sospechara mi interés hacia su amiga. Hasta que una tarde Dul parecía un poco perdida en sus pensamientos, se le notaba preocupada y al parecer no quería hablar con nadie. Me acerqué a ella con un poco del arroz chino que habíamos pedido y le pregunté que era lo que sucedía. Los ojos se le llenaron de lágrimas, lo cual me alertó un poco.
Si había algo en el mundo que yo odiaba más que cualquier cosa era ver a Dulce llorar, me parecía extraño que alguien pudiera hacer sentir mal a una persona con un corazón tan noble como el de ella, me empecé a inquietar y le insistí en que me dijera que había sucedido o si alguien le había hecho algo, pero el nombre como respuesta que ella me dio me dejó sin ganas de irle a partir la cara a nadie.
—¿Any?, ¿qué pasa con Any?
— Estoy preocupada por ella— respondió Dulce aún con sollozos.
— Pero ¿por qué?, ¿qué tiene?— pregunté un poco ansioso.
— No lo sé, últimamente la veo muy débil y como que todo el tiempo está a la defensiva, he tratado de preguntarle que tiene y ella insiste en que está todo bien, pero yo no la veo "bien", estoy realmente preocupada Poncho. Ayer me encontré a Marichelo y también me dijo que no le gustaba cómo se veía su hermana, ella tampoco sabe que está sucediendo y también se ve angustiada.
—¿Por qué no me habías comentado nada?— pregunté un poco dolido, pero de inmediato añadí— A lo mejor está un poco presionada con algo, deberías intentar observar sus actitudes en silencio si dices que se pone a la defensiva y si notas algún cambio más drástico me avisas y yo mismo la cargo para llevarla al doctor— me acerqué a Dul para mirarla más cerca y poderla abrazar— pero prométeme que tú vas a estar tranquila.— ella asintió y lucia más calmada mientras que a mí por dentro me crecía un nudo en el estómago.