Capitulo 3: El resplandor

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     Ahora bien, para Thalia, tal ofrecimiento no paso desapercibido. En años pasados, recordando su infancia; Ella en pocas palabras, jamas había sido en su totalidad, alguien muy rodeada de amigos. Libros y cuentos de Fantasía eran los objetos que rodeaban su entorno, sus amigos eran los personajes que estos contenían. La pasión de Thalia era regodearse con aquellas narraciones, que la trasladaban a un mundo completamente distinto. Su imaginación, si se puede decir, era su mejor amiga; Los libros, eran aquellos que la estimulaban. Y así creció, leyendo; alegrándose y deprimiéndose, con el destino incierto de un personaje.

     — Eh... Pues, jamas me habían ofrecido tal cosa, no se que decir. - A pesar de leer durante muchas horas, eso fue lo único que logro decir; se sentía una completa idiota, aunque aquella idea, después de todo, no parecía tan desquiciada, después de meditarla un poco parecía hasta un poco interesante. 

     — Di que si, seria fenomenal  que estuvieras en el grupo... - Comenzó a decir Alex, para complementar con unas cuantas palabras mas... - Después de todo, no somos muchas personas. Tres, incluyéndome a mi. ¿Que dices? - Termino preguntando, al parecer las pocas conversaciones que tenían estos dos, se basaban en preguntas al final de cada frase, como si quisieran seguir hablando sin importar el "que".

     Thalia palideció; le gustaba la idea de estar en un grupo de lectura, pero la intriga y la incertidumbre le hacían juegos en su cabeza, llenándola de prejuicios con respecto a su posible futuro, siendo parte de aquellas tres personas. Sus pasos se detuvieron, ya se encontraba a poco mas de media cuadra de su casa. Antes de llegar a la misma, quería librar su mente de tal decisión. Se dio vuelta con la mirada fija en la de aquel chico, el mismo le respondió aquella mirada, entre los dos reino un profundo silencio, que fue roto por el sonido del vuelo de las aves, sin mencionar el susurro del viento. 

     — Vale, esta bien. Me uniré a tu grupo. Pero en la primera ocasión desagradable, me largo. - Termino por decir la chica, dando un pequeño bufido en señal impaciencia por el hecho de no poder llegar a su casa, sin antes deshacerse de ese problema.

     — ¡Genial! la proxima reunión es mañana, en tu casa, nos vemos. - Exclamo el chico en una sonrisa, posiblemente alegre por el nuevo miembro que tenia el grupo, para voltearse rápidamente y salir corriendo a mas no poder, alzando su mano derecha en señal de despedida, mientras que Thalia no tuvo tiempo ni de rechistar ante sus palabras.

     — ¡E... Espera! - Intento detener al chico, pero se había quedado pasmada, incluso perdida un tiempo, aun intentando procesar lo ya dicho por el chico. 

     [...]     

     El resto del trayecto de vuelta a su casa, no resulto tan encantador como solía serlo. Su cabeza aun se encontraba inerte en la idea de que al siguiente día, tendría tres personas esperando para entrar en su desordenada casa, <<Debería limpiar>> pensó para si misma, mientras sus largos pasos se acortaban, hasta al fin detenerse por completo, frente a una cerca hecha de acero, y decorada con hermosas representaciones de cisnes alados.

      Estando ya al frente de la puerta principal de su casa, nuevamente se detuvo, y examino los pros y contras de la reunión que se llevaría acabo; mañana, en su mente se planteaban diferentes  ideas, todas dignas de ser empleadas por parte de una buena anfitriona, pero que en la mente de Thalia se descartaban en cuestión de segundos. Entro en la casa; se encontraba igual de sucia y desordenada, como siempre. A excepción de que el polvo en el piso ya creaba una fina piel en las tablas de madera, haciendo que el color de las mismas trasmutara con cada enfoque diferente de luz. Cogió una escoba y comenzó a hacer lo que no había hecho desde hace un buen par de semanas; limpiar, una tarea que para aquella adolescente, no resulta muy placentera, pero ahora era casi obligatoria.

Thalia y el cuento magicoWhere stories live. Discover now