Capitulo 1

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Tomaba la taza de café que me traían habitualmente en las mañanas.

Podía sentir como me observaban por lo vidrios polarizados, lo más seguro la doctora Stewart junto con el doctor Chase. Mi mente estaba en blanco, observando la taza de café. Mi alrededor estaba vacío, a excepción de la cama individual que estaba en un rincón, y la mesa desgastada junto con dos sillas y en una de ellas es donde estaba sentada.

Odiaba que me observaran de esa manera. Estaba al borde de los colores blanco y gris. Las paredes parecían estar sucias por el color gris, las mantas blancas con sabanas grises. Mi vestimenta, Una sudadera gris con un mono gris.

Esperaba la visita de la mañana con expresión neutra, el lugar antes estaba infestado de cámaras, las cuales había hecho añicos hace un tiempo.

Escuche el sonido que hizo un eco al abrirse la puerta que comenzaba a chirriar por falta de movimiento y aceite. No levante la mirada.

Desde que nací me han ordenado no mirar a los ojos, tanto como ellos y yo estamos consiente de lo que soy capaz de hacer. No tenía miedo, pero el collar que descansaba alrededor de mi cuello me hacía obedecer sin ningún argumento. Un olor distinto llego a mis fosas nasales, no era el típico aroma de los doctores, era otro. Que solo hizo que tomara un sorbo de café manchando mis labios secos y blancos.

-Buenos días, Vane, ¿Cómo estuvo tu noche? Por lo que vimos estuvo tranquila... La mujer que acaba de entrar a tu habitación se llama Rose Miller, es una Psicóloga muy reconocida, y quiere estudiarte. ¿De acuerdo?- en los altavoces se escuchó la voz pasible de la doctora Stewart.

No dije nada. Espere a que aquella mujer se sentar enfrente de mí. Mis ojos estaban puestos en mis manos jugando con el mango de mi taza de café.

-Me llamo Rose Miller- saludo poniendo una agenda encima de la desgastada mesa de metal.

No dije nada.

-Es necesario que conteste estas preguntas, porque vengo a confirmar que eres un experimento con habilidades jamás vistas- volvió a decir en tono prepotente.

Estudie sus manos aun si verle a los ojos. Sus uñas estaban pintadas de un rojo chillón, haciendo que mis labios se fruncieran un poco, volví a tomar otro sorbo de café.

-Sino contestas el doctor Chase encenderá tu collar- Dijo esta vez ganándose un asentimiento de mi parte.

Cuando encendía el collar múltiples energías iban recorriendo mi cuerpo, haciendo que este se debilitara y temblara en el suelo, retorciéndome por la descarga eléctrica.

-¿Cómo te llamas?- pregunto ella sacando una lapicera comenzando a escribir.

-Vane- dije en tono ronco y sin ninguna emoción.

-¿Apellido?- ella se detuvo y yo mire con atención el café.

-Soy un experimento- dije y no deje de mirar hacia abajo.

-Bien- hizo una pausa. - ¿Qué edad tienes?- pregunto.

-Dieciséis- conteste sin inmutarme.

-¿Cuánto aparentas?- ella golpeo la lapicera esperando mi respuesta.

Espere un momento. ¿Qué clase de pregunta es esa? Quise observarle y meterme en su organismo para apretar su hígado tan fuerte que se retorciera ante mis ojos.

-Si habla de mi organismo de veinte y cinco, inteligencia es incomparable con una edad. Pero aparento diecisiete- Mi voz era gruesa, estrangulada en ocasiones por los gritos de la noche.

VaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora