Capitulo 2

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Me encontraba despierta las cuatro y tres de la madrugada. Escuchaba el tic, tac, del reloj por los altavoces. Mi labio tembló por el frio de la habitación, sostuve con fuerza mis piernas contra mi pecho, había un hilo de sangre en el suelo de la habitación, justo alado de la mesa de metal.

Mentiría si dejara que no quería matar a Rose, porque hasta busque sus pulmones y tranque, jale de su miedo con fuerza. Pero eso estaba en mi naturaleza, lo había intentado antes, controlarlo, o hacerle creer a ellos que lo controlaba para luego poder mirarles y apretar con mucha fuerza su corazón.

Recuerdo perfectamente el hombre que me creo. El padre de la doctora Sahara Stewart, un hombre alto y sumamente delgado, utilizaba gafas grandes y pantalones anchos, su bata rozaba con su pierna cada vez que corría a ayudarme por cualquier problema. El merecía algo mejor, me cuidaba como se debe, no había collar en mi cuello y podía sentir el orgullo por lo que creo.

Pero a los dos años ellos supieron que había algo más, que pudieron sacar a una niña dentro de un feto con experimentos, pero... no era tan normal. Me metí en el organismo de Jared Stewart y patee con fuerza su intestino. No lo quería hacer, pero mi cuerpo, mi conciencia, mi naturaleza atacaron cuando surgió tal habilidad.

Desde ese momento, Sahara y el doctor Chase decidieron ponerle un alto a lo que se aproximaba. Me ataron a un collar que ni siquiera puedo tocar por las miles de ondas que podrían llegarme hasta la muerte. Desde esa edad se me ordeno no mirarles, siempre cabizbaja, sentada en un rincón de la habitación. Solo había salido una vez, y fue vendada, me llevaron al centro del laboratorio para unos exámenes, tras mucho de ellos intente escapar, pero solo logre sollozar en el suelo de este.

Mire por cuarta vez hacia la puerta, todo estaba en penumbras, el olor a lugar cerrado, lleno de polvo estaba en el ambiente.

Mire hacia la mesa de metal, pero no logre mucho, esta se movió un poco pero no hizo más movimientos.

¡Quería café! Estaba esperando la cafeína para mantenerme despierta... ellos todavía no podían enterarse lo que pasaba al dormir.

Mantenía guardado el secreto de que mientras duermo mi cuerpo evoluciona mucho más rápido, mi subconsciente se activa, mientras todo duerme el dolor se cola por mis huesos y presiona hasta dejarme inconsciente por un tiempo, haciendo que cuando despierte solloce y pueda hacer muchas cosas más. Mi habilidad se extendía rápidamente, y por esa razón no quería dormir, ¿Qué pasaría si durmiera toda la noche? Tal vez sería capaz de asesinarles sin siquiera verles.

Opte por apretar mis rodillas, sostuve la mirada en el vidrio polarizado, entonces mi mirada inexpresiva, fría y ahuecada se centró en un lugar.

Alguien me observaba.

Ladee la cabeza hacia mi costado derecho y me levante, envuelta en la sabana, espere un momento hasta que sentí mis pies descalzos se conectaron con el frio del suelo, tome aire por mi nariz y cuando lo iba a expulsar, y rompería ese maldito cristal la puerta y las luces se encendieron.

El resplandor blanco me hizo alejarme un paso del doctor Chase.

Baje la vista rápidamente y la puse en el suelo, camine hacia la silla y me senté todavía envuelta en la sabana.

-Estarás castigada hasta nuevo aviso- comunico mientras se sentaba, el café fue puesto sobre la mesa y lo tome rápidamente. – No comerás nada en todo el día- añadió.

No conteste.

-¡Lo que hiciste traerá muchos problemas!- exclamo y yo tome tranquilamente el primer sorbo de café. – La has matado, ¡La mataste! ¿Qué piensas? ¡Dime! ¡Has matado una Psicóloga! ¡Su esposo es periodista, puede dañarnos en segundos!- vi sus manos impactar contra la mesa de metal y deje mi vista en el café. – Contesta- pidió.

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⏰ Última actualización: Jan 30, 2017 ⏰

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