Ella empieza...

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Hola persona:
No te diré quién soy, porque eso no importa, lo que importa es la historia que llevo guardando dentro de mí y que nunca he podido sacar. Ahora sólo pido un poco de atención para que la leas y sigas los consejos que yo no pude seguir porque no los hice a tiempo. También quiero disculparme por pedirte tiempo, y tienes que saber que si no te interesa ésto, puedes pasarla a cualquier persona. Ésto es una Carta Suicida.
No sé a quién llegó, y no fue dirigida a nadie en específico, pero supongo que me reconocerás al verme en las noticias. En fin, en mi vida pasaron muchas cosas para llevarme a tomar una decisión. Pasé de los momentos mas horribles para mí. De esos que matan con sólo una impresión, de los inolvidables que te hacen llorar al recordarlos y de los que jamás te gustaría volver a pasar.

Yo tenía una vida feliz, no me faltaba nada y tenía todo lo que quería: Una familia con la que convivía felizmente, tres hermosos hermanos que me fastidiaban seguido, pero que sabíamos divertirnos en ciertos momentos. Un novio que me apoyaba y me amaba, que me cuidaba y protegía, y al que yo amo mas que a nada en el mundo. Amigos con los que convivía y nos apoyábamos mutuamente. Pero un día todo cambió.

A mí no me dejaban tener novio, así que lo tuve que tener a escondidas. No sé exactamente la razón por la cual yo hice eso, pero la única explicación que se me ocurre es porque lo amo. Simplemente me enamoré de él y quise estar a su lado. Pero mis padres me descubrieron. Me lo prohibieron pero yo me negué a eso y seguí con él igualmente a escondidas. Pero ya no era lo mismo, nos dejamos de ver bastante tiempo y él decidió que así no era una relación y que teníamos que terminar. Yo no le rogué, sólo lo dejé ir y quedamos como amigos. Pero si me dolió bastante. Tanto, que mi personalidad cambió a un 100%.

Yo era de esas que les aconsejaba a los demás que ni auto medicarse, ni lastimar su cuerpo con cortadas ni quemaduras era la solución a los problemas, pero llorando les dije a todas las personas a las que yo les había negado eso: Ahora entiendo, perdón.
Ellos me devolvieron y el favor y me aconsejaron y regañaron por todas los daños que me hacía por querer desahogarme conmigo misma y no querer desahogarme con nadie mas. Pero yo me rehusaba y seguí haciéndolo hasta que un día se volvió rutina y ya nadie me decía nada, tan solo recibía consuelos, incluso de mi ex.

Pensé que al recibir el perdón de mis padres todo estaría mejor, pero no fue así. También ellos me habían abandonado, y no le contaba a nadie de mi situación. Ya no confiaba en ningún ser viviente.

Me fui guardando todo aquello, intentando esconderlo, pero aunque yo me negara a que aparecieran en mi mente, ahí estaban. No se iban y me atrapaban haciéndome llorar. 
Poco a poco me fui convirtiendo en (como me define la gente) una Suicida.
Aquella persona a la que no le importaba nada en absoluto, ni siquiera si moría o algo así. 
Aquella que era masoquista y le encantaban los sufrimientos extremos.
Aquella que tenía tantos deseos de morir que al dormirse, tomaba unas cuantas pastillas para no poder despertar al día siguiente.
Eso, de los medicamentos, le funcionó el día en que dejó de ser la que ya era. Se suicidó la niña que quería vivir, la que juró nunca cortarse, la que huía del daño, la que era ella misma, la que no tenía que fingir estar contenta para no preocupar ni llamar la atención de los demás. Pero hoy, se cansa de fingir y se va.

Mis días transcurrieron "normales" después de un mes, cuando me pude reconciliar con mi novio y una pequeña pizca de felicidad regresó a mí, pero también me preocupé. ¿Cómo iba yo a poder suicidarme sin hacerle daño a él? Tenía que terminarlo, pero de igual forma le haría daño. Y así pensando y pensando se me ocurrió: Lo obligaría a odiarme.
Pensarlo no fue difícil, pero aplicarlo fue bastante complicado. Lo amo tanto que no podía hacerlo enojar demasiado, o engañarlo, o dejarle de hablar, o separarme de él. Y sólo un pensamiento tenía para poder continuar con ese plan: Es por su bien.

Intentaba e intentaba llevar a cabo el plan, y al fin lo fui consiguiendo poco a poco. Dejé de hacer mis conexiones seguidas para que dejáramos de hablar y nos distanciáramos. Dejé de verlo cada semana. Comencé a ponerlo celoso, haciéndole creer que lo engañaba sin mostrarle ninguna prueba de lo contrario. Cuando estaba con él actuaba cortante. Y aunque también de esa forma lo hacía sufrir, y yo también sufría, no fue por mucho. Me buscó para hablarme y quiso saber explicaciones, y yo tenía que quedarme callada para evitar la tentación de tener que contarle lo que planeaba, o de incluso de pedirle perdón. Él interpretó mi silencio como un: No te amo, lo siento.
Y así fue como por fin logramos terminar. Él comenzó a llorar y me sacudió los hombros buscando mi mirada, pero yo negaba con la cabeza. Lo abracé, lo consolé y le dí un último beso.
Llegué a mi casa a revolcarme en el suelo. El pecho me quemaba, los ojos me ardían y solo quería quedarme dormida para ya nunca despertar. Lo amo, lo amo, lo amo. Pensaba sin parar y mis deseos ardían de salir corriendo tras él y explicarle todo, pero no podía hacer eso, al fin había conseguido que él terminara conmigo, y sólo esperaba que él me odiara lo bastante para alegrarse de mi muerte. Tuve una última conexión ese día y hablé con él, y sonreí cuando descubrí que mi plan había dado resultado. 
No puedo creerlo, dijimos un para siempre.
¿Cómo pudiste hacerme ésto? Creí que me amabas.
No vales la pena, no sé ni porqué te busqué.
Ya no te amo, puedes estar feliz, porque me hiciste bastante daño como para darme cuenta que no volvería a cometer el mismo error de enamorarme de alguien como tú. Te odio.
Decía él en cada mensaje. Suspiré de alivio, tanto alivio que pude decirle adiós como si nada. Cancelé mi cuenta y borré todo lo que tenía en el celular.

Y aquí va mi primer consejo:
Yo debí haber hablado con alguien. Si yo hubiera sacado todo eso odio que tenia conmigo misma jamás tendría que haber pasado por todo eso. No estás solo, siempre hay alguien que estará para ti. Tienes que buscar su ayuda.

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