Cuento N° 1: El Lobo Y La Inocencia (Yaoi/Gay)- Crónicas Cuentos Del Ayer.

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Kaden

Sus labios estaba contra los mios. Sus ojos estaban cerrados, no se si por miedo o porque lo disfrutaba. Claramente me había sorprendido, pero no desaproveche esa situación. Correspondi su beso abrazándolo de la cintura. Sus manos pasaron detrás de mi cuello. Lamí su labio inferior a lo cual Karan abrió en respuesta. Adentre mi lengua dentro de su boca recorriendo cada lugar y jugando con su tímida lengua. Mis manos descendieron hasta llegar a su trasero y lo apreté un poco escuchando un quejido entre el beso.

Lo deseaba. Lo quería para mi, quería estar dentro de él moviendo y embistiendo contra él. Con mis pensamientos mi propio olor llego a mi nariz y pare de besarlo. Estaba en celo.

Karan me miro sin saber. Sentía calor y eso había crecido. No quería asustar al pequeño.

—¿Estas en celo?—necesitaba ayuda y se que él me la daría, aunque dudaba que me conteniera.

—Si—sonrió para seguir abrazandome del cuello.

—¿Por que te contienes?—era inocente pero sabia. Debí haberle hecho caso a ese dicho de "cara de inocencia no significa falta de experiencia" y es que funcionaba con él.

—¿Quieres hacerlo? O sea, si yo estoy en celo te podría lastimar y...—sus labios estaban de nuevo en los mios.

—Yo puedo parecer inocente pero se mucho, no lo bastante pero se y lo que se es que eso del celo es insoportable, no me gustaría saber que mi Wolf se siente mal—sus manos acariciaron mis hombros. Me estremecí.

—Bien, haz marcado tu condena—lo tome en mis brazos a lo cual él se abrazo de mi cuello sonriendo de forma inocente.

No sabia donde estaba su habitación pero la encontré por suerte. Deje a Karan en la cama oyendo una risa que me dejo fascinado.

Me subí arriba de él viendo sus ojos llenos de inocencia. A pesar que él sabia era inocente a su forma de ser.

—Te vas a quedar todo el tiempo mirándome o vas actuar, porque sabes, prefiero que actúes—lo bueno es que no estaba con su caperuza o seria difícil de sacárselo.

—Oh claro que actuare, mi caperuzo—lo bese con toda la pasión que tenia. Él correspondía como podía. No estaba acostumbrado a besar.

Sus manos se posaron en mi camisa para desabrocharla a pesar que tenia los ojos cerrados. Deje de besarlo para morder su cuello. Era necesario pero no lo quería marcar, le sería doloroso.

Gimió dejando de desabrochar pero ya lo había hecho por completo. Me saque la camisa dejándola en cualquier parte de la habitación y Karan abrió los ojos.

—Dejame desabrocharme el vestido—sonreí ante lo que dijo.

—No, quiero hacerlo yo—se sentó dejando su pelo a un lado.

Lleve mis manos al corset y al desarmarlo, su vestido llego hasta los hombros. Lo baje viendo su pecho plano pero a la vez exquisito. Quería morder cada parte de su cuerpo y reclamarlo como mio.

El vestido desapareció quedando él desnudo frente de mi. Era un ángel caído para mi y temía manchar sus alas con esto. No quería que cambiará pero era inevitable.

—Me comes con la mirada, porque no lo haces de una vez—su voz sonó seductora, algo que nunca pensé pero le quedaba bien con su inocencia.

—Vaya, la caperuza tiene garra—reí un poco a lo cual él se sonrojo.

—Vamos Wolf, no querrás quedarte con eso doliendo—claro que quería penetrarlo pero debía ser cuidadoso.

—No me tentes, mira que él único que saldrá perjudicado eres tú—sus manos tomaron mi cara.