La carta que nunca te daré.

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Así es. La carta que nunca te daré. La carta que posiblemente encuentres. La carta que puede que haga que me odies.

Si algún día llegas a leer esto, solo piensa en como me pude sentir, no en cómo pude pensar eso. Así que querida mejor amiga, esta carta va para ti.

Tú siempre me has dicho que te aporto positividad, pese a mi insistencia de que yo soy negativa. Pero lo que vengo a contarte hoy, es que tú no me aportas nada. Querida mejor amiga, ¿lo eres realmente? ¿Quieres una definición para ello? Esto es lo que todo el mundo opina:

"Mejor amigo (a) = sabe todo de ti y a pesar de ello te quiere y te acepta. Está contigo siempre que lo necesites no importa el momento y la circunstancia.
Ser el mejor amigo requiere afinidad y además de participación en tu vida, fidelidad, compañerismo y comprensión. Salir, ayudar y aconsejar son unas de las características del mejor amigo."

No cumples nada de eso querida mejor amiga. Nada. Pero no por eso dejas de serlo. No sabes la de veces que te he estado gritando pidiendo ayuda, y no sabes la de veces que me he sentido despreciada por ti. Te cuento mis cosas, no todas he de admitir, y parece que te da igual. Te pregunto de algo que te dije el día anterior y reaccionas como si fuera la primera vez que te lo cuento, aunque finjas que no. ¿Recuerdas ese día de los mil audios? En ellos te conté algunos de mis complejos, y parte de los problemas que ellos condujeron. Sí, empecé con cosas sin ningún interés pero, ¿tanto te costaba escucharlos? ¿Cómo crees que me sentó el leer tu mensaje? Yo me abro y te cuento cosas que no le he contado nunca a nadie y que probablemente nunca cuente a nadie y me dices literalmente:

[26/12/2016, 23:07] Yo: Ah y por cierto los audios de ayer (te recuerdo) no los escuchaste

[26/12/2016, 23:07] Tú: Una 💩
[26/12/2016, 23:07] Tú: Escuche el primero me aburri
[26/12/2016, 23:08] Tú: Y solo le pulse pa que se pusieran en azul

Cuando leí eso se me hizo una pequeña grieta en el alma. Una de muchas. No me esperaba una puñalada así y menos de ti. No he arreglado las faltas de ortografía si quiera, solo he quitado tu nombre. No me puedes decir que eso no lo has escrito tú.

Y ¿sabes qué? Me alegro de que cada noche borres las conversaciones, me alegro muchísimo, sabiendo que nunca más podrás tener acceso a esos audios. Los tiraste a la basura y se quedarán para siempre en mi mierda, porque ya nadie es digno de ellos.

No pienso arrepentirme de esta carta en la vida. Todo lo que escribo lo siento realmente. No te pido que cambies. No te pido que dejes de ser tú. Solo te pido que abras bien los ojos y leas todo hasta el final.

Es irónico que me pidas comprensión, apoyo, consejo, seriedad, discreción, ayuda... En general es irónico que me pidas algo si quiera. Es irónico que aún sabiendo que no voy a recibir nada a cambio yo te dé todo. Pero tuve que abrir los ojos. Tuve que recordar una vez más que yo ya había tropezado con una piedra muy parecida a esta. Y con forme pasan los días, la voy reviviendo y yo ya no puedo más. Y con forme pasen los días yo dejaré de dar un todo, para dar un poco más que un poco. Quizá lo notes ahora, o quizá lo notes demasiado tarde. Nunca te arrastraré conmigo a la penumbra. Nunca me arrastrarás a la luz, al menos no de esta manera. No se si ya lo ves normal, no se si decides dejarlo pasar, ni siquiera sé si algún día me preguntarás "¿qué te pasa?"

Hablo contigo durante el camino, o quizá deba decir hablo con el aire durante el camino. Nunca me escuchas, solo guardas silencio y caminas. Y lo compruebo muchas veces. Te hago una pregunta y tú solo me dices "¿qué?". Si realmente estuvieras escuchando no tendría que repetirte la pregunta, pero aun así lo hago.

¿Cuántas veces he dicho algo relacionado con el suicidio? ¿Cuántas veces he dicho que quiero morirme? ¿Cuántas veces te he dicho que la vida es una mierda?

Sí, ya lo sé, me ves sonriendo y es fácil tomárselo a coña. Por lo visto las finjo muy bien, las sonrisas. Pero y ¿qué pasa con todas aquellas veces en las que yo no sonreía?

Te he dicho mil veces que quiero morirme. Te he hablado diciendo cosas parecidas cuando tengo mis bajones. Pero tú solo te ríes. Estoy empezando a aborrecer ese emoticono 😂. No le veo la gracia. Y tú tampoco deberías vérsela. Aún así lo haces.

¿Sabes? Me da igual que te rías de eso. No me afecta. Sinceramente. ¿Sabes que es lo que realmente me afecta? Que te cuente cosas que a mi me importan y le hagas el desprecio. Porque el desprecio me lo haces a mi. A mis gustos, a mis frases, a mis intentos de salir de esta melancolía crónica.

¿Sabes? No me siento tu mejor amiga. Aún así cuando me preguntan digo que eres tú.

Deja de ser tan egoísta y piensa en los demás, deja de ser caprichosa, deja de hacerme daño, deja de destruirme la vida.
Y no dejo de pensar que para sufrir prefiero dejarte. Me haces daño. Me cortas las alas. Cada vez que siento que puedo levantarme haces cualquier cosa para empujarme contra el suelo y robarme la respiración. Quizá no lo hagas concientemente, pero lo haces.

Y no solo me haces daño tú, también me lo hago yo. Y lo necesito. Lo he necesitado desde mucho tiempo atrás. Que en estos momentos necesito que me protejas de mi misma, joder.

Estoy harta de tus no me importa con cada palabra, frase, y mensaje que me molesto en enviarte.

Nunca terminaré de escribir esta carta, llevo muchísimos días añadiendo frases, y puede que cuando llegues a leerla no lleve escrito ni la mitad que me destroza por dentro.

¿Te molesta mi impuntualidad?¿Te molesta llegar tarde? Vete sin mi. Nadie te obliga. Me da igual llegar tarde. Y más para ir a clases. ¿Pero sabes qué? Yo no te insulto cuando me metes prisa, ni te lo devuelvo cuando sin venir a cuento me sueltas insultos con cosas que no me merezco.

¿Y sabes qué? Me estoy cansando de tragarme tus insultos, tus desprecios, tus caprichos y tener que regalarte una sonrisa. Bastante tengo con la lucha interna que me atormenta a cada día, como para que tú, sin avisar, le compres munición a mi tormento.

Querida mejor amiga, no te necesito. No me aportas nada. No me haces falta. Estoy mejor sin ti.

Aquí vuelvo, después de varios meses, para decirte que la situación ha cambiado, pero no el sujeto. 

¿Que si sigo igual? No. Ni mucho menos. 

¿Sigues tú igual? Obviamente, pero también hay cambio en ti. 

Ya no me insultas, no sé por qué lo hacías, tampoco sé el por qué esos "no me importa". 

O quizás si lo sepa. Ese es tu problema. Siento decirte esto pero... no tienes personalidad. Ese siempre ha sido uno de tus mayores errores. Eres como es el que está más cercano en tu cabeza. Te empezaste a juntar con dos personas, ya en aquel entonces me dejabas de lado. También podríamos hablar de los diversos gustos que casualmente eran los mismos que aquellos chicos que te gustaban. Aquel deporte que practicas que, también por casualidad, es el deporte que practica tu prima. 

Me dí cuenta de que lo único que nos unía era yo. Mi pequeña manía de acercarme a ti. Me alejé poco a poco, tan lentamente que lo hice demasiado deprisa. Hasta un ciego pudo verlo. Pero tú nunca me veías, quizá ese era el problema. Has intentado volver, actuar como hacíamos antes, decir mil y un sinsentidos, pero yo ya había superado esa etapa. Estaba sellada y con una gran nota que decía: "Nunca más". 

No voy a terminar esta carta. Quizá no lo haga nunca. Quizá nunca la encuentres. Aún así aquí la dejo, sola, melancólica... e inacabada.

Así que ya solo me queda decirte, querida mejor amiga, que me vas a odiar.

Att: Psicópata.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora