Café

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Matthew y Shemar fueron hasta uno de los locales, según lo que relataba el moreno, donde se podía tomar el mejor café en Los Ángeles.

Shemar sabía la obsesión que su amigo tenía por el café ya que siempre estaba con un vaso desechable con el liquido lo más caliente posible.

-¿Que piensas hacer mañana en la tarde? - le pregunta Shemar.

- En días libres lo único que hago es repasar los diálogos de Reid y pintar un poco. Así que yo creo que voy a hacer lo mismo - le dice Matthew mirando los diferentes cafés que ofrecían en aquel lugar.

- Te recomiendo el Cappuccino de este lugar. Es un manjar de los dioses - le dice Shemar.

- No me gusta mucho - le dice Matthew frunciendo un poco el ceño - Prefiero el café clásico.

- Mira, prueba el cappuccino. Si no te gusta te acompañaré a ver esa pelicula antigua que tanto te gusta - le dice Shemar.

- Ok, me parece justo - le dice Matthew caminando junto a Shemar hasta la mesa donde una chica tomaba los pedidos.

Ambos pidieron el café que querían consumir para después ir hasta una mesa que quedaba cerca de la ventana.

Desde ahí se podía apreciar como la gente pasaba y caminaba desde un lugar a otro con paso apresurado sin disfrutar de las cosas sencillas de la vida algo que Matthew no entendía.

Poco después una muchacha llegó con dos tazas las cuales contenían su pedido.

Matthew alzó la mirada y quedo anonadado con la belleza de la muchacha.

Ella tenía cabello castaño, el cual estaba tomado por una cola. Sus cejas eran delgadas pero perfectas para su delgado rostro. Sus ojos eran celestes y su boca fina.

La chica comenzó a ruborizarse al sentir la intensa mirada del muchacho sobre ella.

Shemar al darse cuenta de la actitud de su amigo, golpeo suavemente su pierna sacandolo de su sueño y haciendo volver a la realidad. Se ruborizó al darse cuenta que había estado mirando a la muchacha por más del tiempo debido.

- ¿Hay algo más que quieran pedir? - les pregunta la chica sonriendo.

- Una cita - le dice Matthew susurrando mientras aún tenía posados sus ojos sobre ella.

- ¿Disculpe? - le dice la chica un poco sorprendida.

- Disculpelo, no sabe lo que está diciendo - dice Shemar - Por el momento no queremos nada más. Muchas gracias.

La chica se retiro con una sonrisa en sus labios mientras que Matthew se sentía el hombre más torpe sobre la tierra.

Luego de pedir la cuenta, la misma chica volvió con dos papeles. Uno contenía la cuenta de los cafés y el otro papel que le entregó exclusivamente al chico.

Luego de que se retirará, Matthew miró el papel el que contenia el número y el nombre de la chica más un beso marcado.

Shemar miro a su amigo y golpeó suavemente su hombro para luego salir del lugar.

Definitivamente, el siguente día sería muy diferente.

Matthew Gray Gubler ImaginesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora