Capítulo 10: Un nuevo tormento.

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HUNTER.

Iba a matarme. Eso estaba claro.

Lidya parecía simple, al menos cuando estabamos en el instituto, ahora parecia todo un secreto andante. En Virginia siempre tenía cuidado para pasar desapercibida, parecer una chica normal, en cambio aquí se mostraba tal como era. Como un desafío difícil de entender.

Las mujeres con su don no tienen un nombre en concreto. La gente las tenía y tiene actualmente como un mito en nuestro pueblo. Eran, la mujer, la cazasecretos, la del don..

Ella lo tenía, despues de veinte años de tener ése mito en el olvido, Lidya hizo que resurgiera. Ni siquiera ella misma sabia que era, no sabia lo que hacía. La primera vez que la vi, lo supe, nunca olvidaría cuando me la encontre con una camiseta sin mangas y unas bragas en mitad de la carretera.

Mi madre me contaba cada noche cuando era pequeño la historia de las mujeres que poseían el don. Ella tenía una fascinación con ellas, con el don. Después de la muerte de mi padre, se informó más, su mente se centro en un cuento, en un mito. Pero después de todo, toda historia tiene una parte cierta.

Ésta lo era.

Recordaba con exactitud cada palabra de mi madre:

Nadie sabe como surgieron, nadie sabe a que família pertenecen, solo un hombre llegó a saberlo y antes de poder hablar, murió. Ellas son la solución, donde hay muerte, ellas se encuentran ahí. Las llaman, es como un susurro. Los espíritus que quieren justicia, las atraen, ellas lo solucionan. Ellas son unas guerreras, nacen con la lucha en la sangre. Nadie nunca derrotó a una cazasecretos. Su sangre es más fuerte que su conciencia.

Siempre fue mas una adivinanza que un cuento.

Lidya estaba sentada en el sofá y yo moviendome nerviosamente a su alrededor. Iba a matar a Jack por abrir la boca.

-Esa noche salí solo por ti. Se que tan importantes son para ti las promesas, pero decepcionarte y tenerte unos días molesta no era nada comparado con tenerte muerta. Ése día me llego un mensaje amenazandome con que si no iba a la fábrica vieja de las afueras iban a ir a por ti. -Levante mi mano teniendo perfectamente conocimiento de lo que iba a decir.- Lo sé, te puedes proteger y yo te podría proteger, pero cuando amenazaron a tus padres sabia que me odiarias si les llegara a pasar algo.-Explique, sus ojos se agrandaron y negue rápidamente.- Los mate. Llegue a casa y ahí me di cuenta que mi novia se habia ido.- Sus dientes se hundieron en su labio inferior, pareciendo arrepentida.

-¿Por qué no me dijiste esto cuando nos vimos en el club? ¿O cuando me encontraste?- Preguntó.

-Porque parecias tan.. a gusto, tranquila. Aún siendo lo que eres yo te influenciaba, por eso vine a recuperarte. Pero no para volver a casa, quiero crear un nuevo hogar para nosotros, aquí. Te llevas mejor con ellos que con tus antiguas amigas.- Suspiré mientras tomaba sus manos.- Te amo, éres lo único que tengo y lo que más necesito. Sé que me amas, preciosa, es imposible que no lo hagas. Cuando nos vimos en ése club, vamos, sé que tu corazón se aceleró y no de una mala forma. Me da igual lo que hicieras mientras yo no estaba, sé que tan importante son las promesas para ti y te prometo que nunca romperé otra a menos que tenga que ver con tu seguridad.-Señale. Noté sus ojos aguarse y gruñi, lo odiaba, odiaba que llorara fuera por lo que fuera.

-Oh, Hunt.. Yo..- Murmuró mientras pasaba una mano por mi pelo, sonreí levemente y dejé un beso en sus labios.

-Éres mía, solo dilo.- Suplique, joder, si hace un año me hubieran dicho que estaria arodillado y suplicando por el perdón de una chica me hubiese reído en su cara.

-Tuya, lo soy y lo siento por lo que paso. Yo pensé qué..-Cerró sus ojos y me levanté para acomodarme a su lado y abrazarla. Intenté que no viera mi sonrisa amplia, pero ella lo hizo. Joder, tenía de vuelta a mi chica podía sonreír tanto como me diera la puta gana.

-Me da igual, ya pasó, preciosa.- Dejé unos cuantos besos en su mejilla y la obligue a sentarse sobre mis piernas a horcajadas. - No puedo creer que te tenga de vuelta..-Susurre sobre sus labios, deje un par de besos en sus labios para luego descender en un camino de besos hacia su cuello.

-Te amo, Hunt.- Susurró mientras cerraba los ojos, alze mi mirada y sonreí ampliamente.

La tenía de vuelta.

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-¿Que demonios se supone que significa eso?- Se quejó Lid tirando las cartas sobre la mesa. - Estás haciendo trampas.

Me reí junto a Jack y chocamos las manos.

La tarde había terminado convirtiendo el sol de ésta mañana en una tormenta de lluvia, una bastante intensa, me gustaba escuchar las gotas estamparse contra las ventanas y el suelo. Era relajante.
Abbie estaba sentado al lado de Lidya sin jugar y Mike al lado de Jack. Los tres haciendo trampas y todos lo sabíamos.

-¿Confundimos a la chica lista?- Bromeó el castaño, Lidya le sacó la lengua y hundio su rostro en el hueco de mi cuello. Refunfuño contra mi piel y senti mi cuerpo reaccionar, mierda, tres polvos por meses de espera no saciarian mi hambre y menos mi hambre de ella. Dejé un beso en su cabeza y suspire dejando las cartas sobre la mesa.

-Escalera, suelten el dinero, señores.- Me burle. Los dos chicos se quejaron dejando sus cartas sobre la mesa y senti a la pelirroja moverse.

-Hombres, menudos tramposos.-Se quejó mi preciosa novia, no pude evitar reírme ante sus palabras, cierto, pero si no haciamos trampas nunca ganaríamos contra ella.

-Si te sientes mejor te doy la mitad del dinero, pero voy a querer un favor a cambio, recuerdas?- Murmure en su oído, dejé un beso en su mejilla y entrelaze nuestras manos. Cuando ella sonrío estaba seguro de que sabía de que hablaba.

*******************

La pelirroja entrecerro los ojos y luego alzó la mirada hacia mi, sus ojos eran intensos, casi podía sentir como hacian un agujero en mi rostro, pero vamos, ella no podía saberlo, no?

Dejó sus cartas sobre la mesa y sonreí, eran buenas, muy buenas, pero las mías más.

-Gané.- Me jacté.

-No, hiciste trampas, eso es una cosa muy diferente a ganar, tramposo.

-Oh, vamos, preciosa. No sabía que eras tan mala perdedora.- Me reí.-Si te sientes mejor te doy la mitad del dinero, pero voy a querer un favor a cambio.- Le guiñe el ojo.

-¿Realmente creés que puedes engañarme? ¿A mi? -Sus cejas se alzaron unos centímetros y cruzó sus brazos, me fije en como su escote quedaba más abierto y luego alze la mirada hacia sus ojos verdes.

Lo intenté al menos.

-Bueno, quizás yo.. -Empecé admitiendo a regadiadientes que si que habia hecho trampas pero antes de poder seguir los golpes en la puerta resonaron por el piso y los cinco nos levantamos de golpe. Ése sonido no solía llevar consigo buenas noticias en mi antiguo hogar, ahora lo dudaba, pero nunca de podía ser demasiado cuidadoso respecto a eso.

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⏰ Última actualización: Apr 03, 2018 ⏰

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