Tag: amor, julia & harry.
Las mantas cubiertas por él eran maravillosamente cálidas y suaves. Podía sentir el sol brillando a través de las finas cortinas sobre su rostro, pero mantuvo los ojos cerrados, disfrutando de ese estado plácido a medio camino entre despertar y dormir donde la mente está algo despierta pero el cuerpo no.
Sábanas sedosas, colchón suave, almohada suave ... así le gustaba empezar el día, envuelto bajo las sábanas con su novia julia, con los brazos sosteniéndola y el pelo cosquilleando las mejillas. El familiar sentimiento de su cálido cuerpo presionado contra el suyo estaba desaparecido. Cuando él perezosamente, estiró los brazos, esperando rozar su cuerpo y con la intención de ponerla de nuevo en su lado, donde ella pertenecía, se sorprendió desagradablemente al encontrarse con un colchón frío y vacío. Frunciendo el ceño, abrió los ojos en pequeñas rendijas, levantando la cabeza confusamente de las almohadas.
El cabello le caía desordenado por toda la cabeza, y le caía en la cara en encantadores mechones que lo hacían parecer mucho más joven. Sus ojos estaban hinchados, y aún no estaban completamente abiertos, y realmente era una hermosa vista. No lo sabía, lo entrañable que era, y cómo cada pequeña cosa que hacía que su corazón se hinchara y golpeara in-establemente.
Pero de todos modos, ahora ella no estaba aquí y él estaba confundido y algo gruñón (porque lo mejor de las mañanas era que se pasaban con ella), pero ahora que ella no estaba aquí todo su día saldría en el mal comienzo. Tal vez estaba siendo un poco dramático, pero no le gustó un poco.
Inclinó torpemente las piernas sobre el lado de la cama, frotándose la parte de atrás de sus manos sobre sus ojos en un intento de despejar la nube de sueño de ellos. Luchando para liberar sus piernas de la confusión enredada de sábanas, tropezó fuera de la cama y cerró los ojos brevemente como una pequeña ola de mareo golpeó. Sin molestarse en ponerse una camisa o ponerse algo encima de sus calzoncillos, se dirigió hacia la puerta, abriéndola con una maldita bofetada ya en la cara.
Lo que vio hizo que su corazón latía de alegría. Allí estaba ella, inclinada sobre un gran cuenco de mezclas, vestida sólo con uno de sus blandos suéteres de punto que llegaba hasta la mitad del muslo. La suave música provenía de la televisión y sonrió mientras llevaba el cuenco a la estufa donde una sartén estaba esperando, balanceando sus caderas suavemente y cantando silenciosamente a la melodía.
Ella era hermosa.
Manteniendo su presencia sin previo aviso, pasó a través de la cocina hacia ella, con una sonrisa pícara y sonriente. Se volvió sin embargo, oyendo los suaves golpes de sus pies trémulos, y le sonrió tan ampliamente que se olvidó de caminar por un momento y tropezó con él. Ella rió, y él envolvió sus brazos alrededor de su cintura, enterrando su cara en su pelo para ocultar sus mejillas enrojecidas.
-Buenos días -murmuró, y su aliento se enredó en el sonido de su voz-.
-Buenos días -susurró, acurrucándose en sus brazos-.
"Nooo", se quejó, acariciándole la nariz contra el cuello "No estabas en la cama conmigo cuando me desperté, aunque sea para hacer mis "buenos días" buenos".
Ella se sonrojó y se apartó, golpeando ligeramente su pecho desnudo. "Detente, gran tonto".
Y aunque él nunca lo admitiría, pensó que su vergüenza era adorable. Él hizo una mueca (parecía estar haciendo mucho de eso esta mañana), y la alcanzó de nuevo.
-Muy cierto -murmuró en su cabello-. Y ella nunca lo admitiría, pero le encantaba cuando estaba demasiado cansado para hablar correctamente y él cortó sus palabras. Ella pensó que era adorable.
"Bueno, estoy haciendo panqueques con trocitos de chocolate." Ella sonrió, volviéndose para mezclar el batido una vez más antes de verterlo en la sartén. "¿Eso lo compensa?"
Él zumbó, sin soltarla, y apartó el dobladillo de su suéter para presionar un dulce beso en su hombro. Alzando su cuerpo, hundió su dedo generosamente en el bateador e ignoró su regaño, llevándolo a su boca y chupándolo ruidosamente. Ella le dio una palmada en la mano cuando él entró en otro ir y comenzó a darle una conferencia sobre la comida cruda, y él escondió su sonrisa divertida en su hombro.
De esto se hacían los sueños; Momentos como éstos eran para lo que él vivía.
El vivía por ella, por su hermosa Julia.
Fin
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Bueno quería mandarle muchas gracias a Julia, por haberme pedido que te haga un shots, de verdad, aprecio mucho eso, que me leas, comentes y votes. Espero que te halla gustado, déjamelo aclarado en los comentarios.
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Si alguien quiere un shots con su nombre, díganme por aquí mismo. Gracias.
bye bye
Atte: Bren ;)
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One Shots - Harry Styles
De Todo~A veces, las cosas más reales sólo suceden en la imaginación ~