El inspector Kenneth llevó a Marc a una sala de interrogatorios. Estuvieron veinte minutos en silencio, hasta que Marc, no pudo aguantar más la presión y habló.
-¿Q... qu... qué quiere de mí?- preguntó con voz temblorosa.
-¿Por qué mató a Irene? Su esposa no se merecía tal atrocidad.
-¡Yo no lo hice! Estáis esquivocados, lo único que quería era pasar tiempo con Ofelia. Nunca haría daño a ninguna de las dos.- intentó explicarse mientras movía frenéticamente las manos y miraba de reojo a la puerta de al lado.
-Demuéstrelo.- le desafió el inspector.
La puerta de la sala se abrió y entró una mujer.
-Jefe, comprobé lo que me pidió. El señor Marc Smith no salió de su casa en ningún momento del cautiverio de Ofelia. La niña lo colaboró.
Kayl salió de la habitación sin decir nada y se dirigió a su oficina. Su compañero Paul y la hija de Irene le siguieron con la mirada. Después de unos segundos incómodos de silencio, Kayl se acercó a Ofelia, que estaba jugando con Paul, y le preguntó:
-Ofelia, ¿Estás segura de que tu padre estuvo contigo en todo momento?- La miró fijamente asegurándose de que no mentía ni escondía nada.
-Uh... sí, sí lo estuvo. Papá jugó conmigo y me leyó muchos cuentos. Inclusó me regaló un muñeco.- contestó la niña sonriendo alegremente.
Paul no pudo aguantar más la curiosidad del porqué la insistencia de su jefe.
-Inspector, si tiene alguna pista, dígamelo, por favor. Si no me lo dice no podré ayudarle.
-Tengo algo, pero tenemos que volver a la escuela de Ofelia. Paul, pide a alguien de aquí que heche un ojo a la niña, que no vaya a ser que se pierda o algo peor.
-Sí jefe.
Los dos cogieron sus abrigos y se fueron.
Al poco tiempo, un coche negro aparcó a las afuera de la escuela de Ofelia Vásquez.
Cerca de la entrada del edifcio, un teléfono móbil sonó. Kayl respondió de inmediato.
-Diga.
-Inspector, hemos encontrado una huella de zapato y una colilla. Hay ADN en la colilla, es de un hombre llamado Marc Smith, pero el molde del zapato que había en la escena del crimen no coincide con el sospechoso. - se escuchó una voz ronca a través del móbil.
-Entonces, eso solo puede significar una cosa. No fue Marc, alguién intentó incriminarlo. Pero, ¿Por qué dejar una huella de zapato que no corresponde con el sospechoso? Es casi como si el asesino se burlara de nosotros.
-¿Señor? ¿Soltamos al sospechoso? El abogado está molesto y dice que si no tenemos pruebas del asesinato no podemos retenerle.
-Digale al abogado que tenemos 24 horas para retenerle, en cuanto pasen, podrá dejarlo ir, pero no sin vigilancia.
-Bien.
Después de cerrar el móbil, Kayl se acercó a su amigo y dijo:
-Vámonos Paul. Tenemos trabajo que hacer.
Continuará...