*Narra Fátima*
Era sábado y por la mañana íbamos a ir a Hogsmeade a pasar la mañana y a tomar unas cervezas de mantequilla, la verdad es que estaba deseando salir después de todo lo que había pasado últimamente. La parte, mala, por decirlo así, era que por la tarde Ron y yo íbamos a quedarnos solos, ya que el resto iba a unas reuniones con el profesor Slughorn y a nosotros nadie nos había invitado, aunque en realidad íbamos a tener tiempo para estar juntos, que allí era lo que, precisamente nos faltaba.
Me vestí despacio, debido a que aún estaba algo adormilada, ya que me había pasado media noche pensando en mis cosas y en lo que había pasado en los últimos días, ahora solía darle demasiadas vueltas a todo, hasta a cada pequeño detalle. Ahora ya apenas hacia frío, y no era como en invierno que debía llevar gorro, guantes y una bufanda para salir a Hogsmeade. Nos encontramos con los chicos en la sala común y al verme me dio un beso, ya no pensábamos en lo que dijeran los demás o en lo que se dedicaba a inventar de nosotros la loca de Lavender, ahora todo daba igual, lo realmente importante éramos nosotros.
Ron: ¿Bueno que vamos a hacer por la noche después de cenar?
Fátima: No sé, porque vamos a estar los dos solos.
Harry y Hermione: ¡Id con cuidado!
Ron: Que tontos sois.
Fátima: Siempre con lo mismo.
Nos fuimos a Hogsmeade los cuatro juntos y estuvimos toda la mañana en las tres escobas bebiendo cervezas de mantequilla y hablando de como iba este año el torneo de quidditch, y de si lograríamos ganarlo nosotros o no, la verdad, es que cada ve que jugaban me ponía nerviosa por si, le pasaba algo a Ron, pero por otro lado, me gustaba ver el quidditch y a mi me hubiera gustado jugar si no fuera tan torpe volando. Volvimos a la hora de comer, y la tarde me la pase estudiando pociones para mejorar, aunque de saber lo que iba a pasar el lunes, no habría estudiado nada, eso seguro. El tiempo pasaba lento y cada vez tenía más ganas de la cena, porque íbamos a cenar rápido para poder quedarnos solos en el cuarto de los chicos hasta que terminara la reunión de Slughorn, y no voy a mentir, de lo que en realidad tenía ganas era de repetir la noche del último día que estuve en casa antes de regresar a Hogwarts tras haber enfermado. Aunque quien sabe lo que podría pasar, lo que nunca me imaginaría era el final.
*Narra Ron*
Por fin era la hora de cenar, aunque hoy tenía menos hambre de la que normalmente tenía, y eso era por los nervios de quedarme después solo en el cuarto con ella, no podía dejar de pensar en ello, desde que lo supe, llevaba desde ayer nervioso, aunque seguro que íbamos a pasárnoslo bien, no cambiaría por nada la noche en que fui a buscarla, esa noche simplemente había sido magia. Nos sentamos juntos en el gran comedor, era algo que no solíamos hacer, por si alguien nos decía algo, pero hoy faltaba mi hermana, y mis otros amigos, solo estábamos nosotros dos. Cenamos rápido entre risas y viejas historias del pasado y después de eso nos fuimos a mi cuarto.
Ron: ¿Quieres hacer algo?
Fátima: Lo único que quiero es estar contigo *Me dio un beso suave*
Ron: Y yo, y me da a mi que solo tendremos tiempo para nosotros cuando haya estas reuniones de Slughorn, porque el resto del tiempo es imposible estar solos aquí.
Fátima: Ya, y me fastidia, pero en casa en verano será peor.
Ron: Siempre nos queda ir a nuestro rincón secreto, a la cueva.
Fátima: La cueva, jajajajaja.
Y después de eso, nos callamos y poco a poco, beso tras beso, iba teniendo cada vez más ganas de ella, sabía que le gustaban mis besos en el hombro, y le quité la camiseta de ese pijama que tanto me gustaba, después de eso le di besos por toda la espalda, hasta en la cicatriz, y me sorprendió que eso le gustara, me esperaba que se quejara o algo así. Después me quitó la camiseta y estuvo dándome besos por el pecho, no había nada que más me gustara, sobretodo porque era con ella. Poco a poco terminamos sin ropa y repitiendo la magia de la última noche en casa, aunque esta vez, sabía que no iba a hacerle daño en la espalda, sabía que las cosas eran diferentes, que era mejor, pero nunca iba a ser capaz de olvidarme de aquella noche.
Se estaba vistiendo, y yo decidí que iba a dormir sin camiseta así que la recogí, después me senté en la cama, y cuando ella se iba a poner la camiseta la empujé hacía mi y empecé a darle besos por el pecho, pero al poco tiempo apareció Harry en la puerta y lo único que supo hacer ella fue taparse y ponerse la camiseta deprisa.
Fátima: Siento que hayas tenido que ver esto, pero me estaba cambiando y bueno ya sabes.
Harry: Ya, ¿Así que al final has hecho lo que te dije?
Ron: No... solo estábamos haciendo el tonto, se va a quedar a dormir aquí hoy.
Harry: No cuela, jajajaja, como se entere tu hermana me voy a reír un poco.
Ron: ¿Qué tiene que ver ella en esto?
Fátima: Aunque tú no lo sepas, también tiene novio.
Ron: ¿Qué?
Fátima: Es lo bastante mayo para hacer lo que quiera, déjala vivir como hacemos nosotros.
Ron: Es mi hermana pequeña.
Harry: Bueno, en realidad ella también es tu hermana y mira lo que haces con ella.
Ron: No es mi hermana, solo vive en mi casa, nunca nos hemos tratado de hermanos.
Fátima: Es verdad.
Ron: Harry, te prometo que mañana, cuando estemos solos hablamos, y de verdad siento lo que ha pasado.
Harry: No ha pasado nada jajajaja, ya me contarás ya.
Y después de eso, me metí en la cama, y ella se acurrucó contra mi pecho desnudo, y me susurró al oido que sabía que iba a encontrarme aunque tuviera que buscarme en un millón de estrella y se quedó dormida, yo, aunque tardé en dormirme un buen rato, dando vueltas a lo que Harry había visto, en realidad no había visto nada de lo de antes, lo cual hubiera sido peor. Cuando por fin conseguí dormirme, tuve uno de los sueños más bonitos que jamás había tenido.
YOU ARE READING
Terminarás siendo una Weasley (Fanfic)
FanfictionDesde que tenia 12 años, Fátima se pasaba todos los veranos en la madriguera, ya que no le quedaba familia y los Weasley la habían adoptado como una más. Todos los años se olvidaban de su cumpleaños, y a ella como ese día no le traía buenos recuerdo...