3.- UN PEQUEÑO CONSUELO

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Pasé la noche en ese lugar, y al día siguiente de camino a casa esperaba llegar y encontrar a mi familia preocupada al no saber dónde estaba o que hacía. Me encotraba toda sucia y con mi ropa rasgada, y si fuera poco tenía machas de sangre, al llegar me detuve frente a la casa y miré a través de las ventanas donde se podía ver claramente el comedor.

Toda mi familia se encontraba tomando el desayuno, mi madre sirviendo muy atentamente el cafe, mi padre sentado leyendo el periódico, mis tíos abuelos y primos degustando las tostadas calientes. Nadie notó que me perdí por toda una noche, y mucho menos se preocuparon... al notar eso, mis ojos se pusieron cristalinos y resbaló sobre mi mejilla una gota de tristeza.

No quería que me vieran de esa forma, entonces me sequé los ojos, puse una mirada firme, mi frente en alto, y entré por esa puerta. Todos me miraron y se quedaron en profundo silencio, dije -buenos días familia. Acaso debería llamarlos así todavía?-

Cerré la puerta de un golpe, me fui corriendo a mi cuarto y me encerré, mientras que en cada gota de tristeza que mis ojos derramaban sobre la almohada, me lograba desahogar poco a poco. Mucho después alguien tocó la puerta de mi cuarto -hey puedo pasar?- preguntó mi primo alex, -entra y cierra la puerta-

Alex: escucha se que estás mal y lo entiendo, eres una niña y la menor de todos. Necesitas que te presten atención y a veces no hay nadie que te escuche pero...

Sierra: ya lo se me lo guardo para mi misma y finjo que todo está bien, igual que siempre.

Alex: te traje esto. (Era un regalo envuelto en papel madera)

Sierra: qué es esto?

Alex: solo ábrelo.

Sierra: okey...(rompi el papel y vi el regalo. Era un cuaderno negro con hojas en blanco) un cuaderno??? Ahahaha bueno gracias.

Alex: te explico, cada que sientas que debes decir o expresar algo solo escribe, raya, o dibujalo en este cuaderno. No siempre habrá alguien que te escuche pero de una forma u otra debes desahogarte, escribe de lo que quieras. Tenlo siempre contigo y no dejes que nadie lo lea, cada que te sientas perdida o algo así solo lee el cuaderno, aqui guardarás tus memorias para así nunca olvidarlas.

Sierra: creo que esto me servirá bastante, asi podre desahogarme y me servirá como un pequeño consuelo..

Alex: escribe siempre y cuando se acabe el cuaderno solo comienzas otro y otro y otro y sigue así, a mi me sirve mucho.

Sierra: gracias...

Alex me miro con una sonrisa y chocamos los puños, se levantó y se fue de mi cuarto. Entonces me quede mirando el cuaderno y sonreí porque al escribir creo que me podría quitar un peso y sentirme mejor.

Memorias de una vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora