No Me Sueltes Nunca.

VIII

Me sentí usado.
Melanie miraba a su ex novio Derek Whittemore, que justamente también volteaba a verla y me miraba con un poco de indiferencia. Me sentí mal por la chica que bailaba con él, ¿qué culpa teníamos nosotros?, era estúpido darse celos mutuamente, si aún se querían, ¿por que no simplemente  volvían?.
Traté de dejar aún lado todo, al fin y al cabo, ni siquiera funcionaba ni funcionaría nada entre nosotros, éramos demasiado distintos.
-Melanie, ¿quieres bailar con Derek?. Créeme a mi no me molesta.-Le dije creyendo que sabría a lo que me refería.
-¿Estas seguro?.
-Por supuesto. Yo comprendo.
-De acuerdo.-Dijo despidiéndose dándome un pequeño beso en la mejilla.
Se apartó de mí y camino lentamente hacia Whittemore.
Me senté en la sala de estar y me perdí en mis pensamientos, ¿cómo pude ser tan ingenuo?. La chica que venía de acompañante de Derek, estaba ahora, al igual que yo, sentada observándolos perdidamente, estaba seguro que pensaba lo mismo que creí hace un momento.
-Idiotas. Sólo nos usaron.- Me dijo la chica.
-Era obvio.
-¿A qué te refieres?.-Dijo en forma de reproche.
No sabía como decirle que ella al igual que yo, no somos lo "bastante atractivos" para ese par de tontos.
-Me refiero a que, tu y yo, pues...si somos, bueno para ellos, puede que...
-¿No somos lo suficientemente "guapos" como para que alguien popular se fijara sinceramente en nosotros?, ¿eso querías decir?- dijo con naturalidad.
-Algo por el estilo. No es como planeaba decirlo.
En realidad sí, pero buscaba las palabras adecuadas para que no sonara tan descarado.
-Correcto- me sonrió.-Vas en mi clase de historia ¿no es verdad?, te llamas... ¿Jake?, a sí Jake Steel.
Traté de aparentar que también sabía quien era ella, pero realmente no sabía cual era su nombre, aunque recordaba haberla visto varias veces.
-Si, ese soy yo, y tu eres...
-Soy April Thompson.
-Es verdad.- Fingí de nuevo.
-¿No tienes idea de quien soy, cierto?.
-En absoluto.
Reímos mutuamente.
-Se que es inoportuno pero, bueno, somos los únicos sentados y...
La tomé del brazo antes de que terminara la frase y comenzamos a bailar.
Vi como los ojos de Melanie y Derek poco a poco se enfocaban en nosotros.
-Y, ¿qué planeas hacer con tu vida?.-Pregunté de repente.
-No se realmente, estoy pensando en estudiar medicina y después..
-No me refiero a lo que quieres estudiar, si no a lo que quieres hacer con tu vida por encima de tu carrera, cumplir tus sueños, aficiones.
-Bueno, uno de mis sueños es conocer el mundo. Viajar con mis mejores amigas o mi familia. Saltar de un paracaídas. Ya sabes, algo que me haga olvidar lo monótona y aburrida que puede ser la vida a veces.
-Eso es estupendo.
-¿Y tú?, ¿qué planeas?.
-En realidad, aún no lo sé. A veces siento que el mundo gira demasiado rápido, que cuando menos esperas, tu destino y lo que quieres hacer de tu vida, lo tienes que decidir para el día de mañana. Lo único que quiero hacer ahora es descubrir quien soy.
-Eso es muy profundo.
-Perdón, a veces olvidó que estoy socializando.-Reí.
No solía contarle a las personas sobre mis planes de vida, pero tal vez se lo decía a April por que me inspiraba confianza, eso o por que estábamos en la misma situación sentimental.

Después de registrar su número de teléfono, April se despidió. Tal vez quería irse ya que el olor y el sonido no era lo bastante agradable si no estabas atrapado en los efectos del alcohol.
Yo ya no podía soportarlo. Así qué me fui al auto de Tony y me quedé ahí.
No fue hasta las cuatro de la madrugada cuando regresamos a casa. Yo conducía, por supuesto.
Le conté en el camino sobre April, y sobre como nos usaron Melanie y Derek, pero me di cuenta que iba más dormido que despierto, así que mejor cerré la boca. Entramos a su casa y lo ayudé a subir hasta su habitación, traté de no hacer ruido ya que el tampoco tenía permiso de salir.
Me llevé su auto, y lo estacioné atrás del establo. Luego me dirigí al árbol por donde bajé la última vez y lo escalé perfectamente. Al parecer todo iba bien, mis abuelos no se dieron cuenta.
Caí rendido en mi cama, ni siquiera me di tiempo de cambiarme de ropa.
Mis ojos se fueron cerrando hasta caer en un profundo sueño.

Desperté con un escalofrío, aún no amanecía. Al parecer la ventana la había dejado abierta y por eso el cuarto estaba más helado que nunca.
En un intentó de tapiarla con la mirada me levanté y quise cerrarla lo más rápido para regresar a dormir.
¡Pero que rayos!, lo primero que noté fue la ausencia de mi árbol que usé para salir, después el terreno, ¿dónde estaba?, miré a mi alrededor, no estaba en mi habitación.
-No puede ser, está es la casa de
Madison.-Pensé.
Escuché ruidos acercándose a la habitación. Y mi nombre pronunciado varias veces.

Jake...Jake...