Capítulo 10.

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Capítulo 10.

- Narra Chris-

Siete de la mañana, hace un frío despiadado en Londres y ya me encontraba en las calles de la ciudad; mi vuelo sale en una hora, la única razón por la que estoy fuera, con las manos en los bolsillos de mi abrigo marrón y una bufanda gris cubriéndome hasta la nariz, es para buscar flores.

Hay una florería a unas cuantas calles de nuestro edificio, abre a las 7:00 y cierra a las 23:00; el poco común horario me permite ser un cliente frecuente, lo suficientemente frecuente como para conocer a la dueña: Maya Gold. Es una señora muy dulce, es algo que se puede notar porque ama y cuida las flores como si fueran sus propios hijos, nunca se cansa de estar en ese lugar por eso ha extendido el horario pero con el pasar de los años ha tenido que dejar de trabajar por sí sola todas esas horas, sin embargo para mi buena suerte ella es la encargada de abrir y cerrar por lo que siempre tengo el gusto de ser atendido por ella.

Llego al pequeño local en un par de minutos, jalo la liviana puerta de cristal e inmediatamente suena el tintinear de una pequeña campana dorada que se encuentra justo arriba de mí, acto seguido me encamino a mostrador y aparece detrás de él la rubia más dulce que he conocido en toda la ciudad.

Maya: ¡Christopher! —exclama emocionada mientras levanta una tabla de madera junto al mostrados para acercarse—Hace mucho tiempo que no te veía, hijo—

Sonríe y cuando se coloca frente a mí me abraza con cariño y le correspondo unos segundos, luego la separo un poco y le tomo la ya delgada y manchada mano para después depositar un beso casto en ella, ríe como siempre que lo hago y me da una leve palmada en la espalda.

Chris: Estaba de viaje, Maya, regresé hace un par de días, lamento no haber venido a visitarte —le digo y ella rueda los ojos pero luego asiente con un movimiento de cabeza.

Maya: Siempre lo estas —acaricia mi mejilla— ¿Te has peleado otra vez con __ no es así? —

Sonrío ante su tenaz comentario, es una persona muy sabía, siempre dice que basta con ver las flores que compra una persona para descifrarla, muchos de sus clientes la juzgan entrometida e incluso loca, pero a mi me parece que solo trata de ayudar y que no hay otra persona a la cual quisiera comprarle flores así que sólo asiento con la cabeza.

Maya: No me sorprende —niega con la cabeza— Tienes mucha suerte de tener alguien tan bella, noble, sencilla e inteligente como ella, hijo, pero dejas mucho tiempo el camino libre; un día de estos regresaras de uno de tus viajes y ya habrá alguien en el camino — me regaña y yo suelto una pequeña risa ante la ironía de las circunstancias.

Chris: Lo sé —respondo, le tomo las manos con fuerza y luego niego yo también— Me parece que ya hay alguien intentando hacerlo —

Maya: ¡¿ Y que harás ahora?! ¿Le regalarás otro ramo de tulipanes? —se exalta de pronto, así que me suelta y comienza a agitar la manos en el aire— Hijo, no seas estúpido, ve y escoge una base, Christopher, le haremos un arreglo de flores hermoso —

Me sorprendo ante su comentario, pensé en negarme debido a la proximidad de mi vuelo, pero sé lo mucho que Maya quiere a __ y tengo una hora de colchón, supongo que será suficiente para la mejor florista de Londres.

Asiento entonces y levanto de igual forma la tabla a lado del mostrador y me dirijo a la bodega. __ y yo nos hemos ofrecido varias veces a ayudarle a acomodar o atender el negocio, incluso ella nos lo pide si a alguno de sus hijos le surge un contra tiempo, sé que en los estantes a la izquierda están las bases, me hinco para quedar a la altura de los últimos niveles en donde se encuentran todas las que están hechas de madera y le hecho un vistazo a todas tratando de adivinar cual le gustaría más a __.

LoveBug - Niall Horan y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora