Bonnie es un humano que no le teme a ningún monstruo, y esto es una ventaja para él, ya que puede ir y venir del bosque prohibido sin ningún problema, pero es entonces que un día, los azares del destino juegan un papel crucial y juntará su camino a...
Tenía muchas llamadas pérdidas de Foxy, no estoy entendiendo porque estará tan histérico como para llamar en tantas ocasiones. Mi maestro me acompaño hasta la salida del bosque y logramos tener una charla bastante agradable, hasta que mencioné a mi mejor amigo.
-sabes maestro, es posible que mañana llegare más tarde.-
-no es como que me importe, pero, ¿porqué, humano?-
-mi mejor amigo me ha estado llamando bastantes veces y él es bastante protector conmigo, así que supongo que se me va a dificultar venir tan seguido.-
-¿amigo? ¿qué amigo?-
-ah, es cierto, no conoces a Foxy. -saqué mi celular de mi bolsillo, comenzando a investigar en la galería hasta encontrar un fotografía de Foxy y opté por mostrársela.- es él. Él y yo nos conocemos desde que somos pequeños.-
-es...¿cercano a ti? -dijo con la voz un poco temblorosa.-
-la verdad, si. Podría arriesgarme a decir que él es la persona más importante en mi vida, justo ahora.-
-oh, entiendo.-las flamas de su cabello comenzaron a cambiar de color.-
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-maestro...-
-¿qué?-
-tu cabello es rojo.-
-¡¿eh?! -comenzó a mover sus brazos de manera descontrolada hasta posicionarlos frente a su rostro, tratando de ocultarlo hasta que volvió a ser de color azul.-
-no sabía que podías cambiar de color tu flama. -dije con una sonrisa confiada.-
-yo tampoco... -dijo en un susurro casi inaudible.-
-¿cómo?-
-n-nada, nada, sólo decía que ya sabía que podía hacerlo.-dijo riendo nervioso.-
-bueno, creo que debo retirarme maestro, gracias por sanar mis heridas, creo que Foxy habría estado bastante furioso conmigo si me hubiera visto con esos moretones.-
-si si, callate humano y no regreses.-
-volveré mañana y traeré una rica comida. -dije con alegría.- estoy seguro de que ésta comida te gustara.-
-¿crees que voy a comerla?-
-anda, por mi. -dije mientras hacía una mirada tierna para tratar de convencerlo.-
-b-bueno... Pero si no me gusta, voy a lanzartela en la cara.-
-me parece bien.-
Me despedí del maestro y comencé mi camino, el cual se vio interrumpido por una llamada entrante a mi teléfono.
