Flippy sabía que la chica en ocasiones era olvidadiza, pero ya eran tres veces que él tenía que informar al jefe sobre los clientes que llegaban a verlo, y siempre que Flaky estaba presente ponía la misma cara de condenado a la guillotina. Hacer lo que no le incumbía era lo que a Flippy más le molestaba en lo más profundo de su estómago, no había cosa que lo molestara más que un incompetente.
Flaky no era una incompetente, al menos no en su totalidad, lo que odiaba era que ella fingiese serlo.
—Lo sé, es solo que... —intentaba excusarse Flaky cuando ambos llegaron a la puerta, la pelirroja buscó la llave en su bolso sin terminar su oración.
Flippy a regañadientes lo entendió. Miró hacia otro extremo.
—Aún... ¿no mejora? —Preguntó Flippy comprendiendo el motivo que distraía a la muchacha, la pelirroja se paralizó por unos segundos y Flippy como un excelente veterano de guerra pudo notarlo—, no es bueno que estés preocupada todo el tiempo. Además, él puede salir de esto. Sólo debe recuperarse.
—Sigo pensando eso mismo —Flaky sacó la llave y la metió en la cerradura—. Sé qué Handy es muy fuerte.
El veterano recordó aquel hecho, sólo habían pasado trece meses desde que ocurrió un accidente en la carrera por la Tree Cup; donde Handy, el famoso corredor de autos había llevado el primer lugar como en la mayoría de sus carreras, cuando de pronto se le hizo una jugarreta imposible de adivinar: Perdió el control de su auto en una curva y se volcó dando varias vuelta en el aire y en el piso hasta que topó con los carteles aledaños a la pista. Los ayudantes lograron sacarlo antes de que el carro explotará pero no salió bien librado.
Sobrevivió al terrible accidente pero lamentablemente sus brazos tuvieron que ser amputados por la cantidad de vidrios incrustados en ellos, nervios rotos, huesos destrozados, piel inservible. El grave golpe en la cabeza y la pérdida de sangre proveniente de su costado derecho debido a que la palanca de velocidades se enterró en él, lo hizo quedar fuera del mundo por varios meses. En un corto estado de coma del que apenas había despertado sólo para darse cuenta que sus años como corredor se habían ido al carajo.
Un golpe durísimo para un hombre joven de 28 años como él.
Su novia Petunia al igual que Flaky y otros dos sujetos, cuyos nombres Flippy no conocía, siempre iban a visitarlo al hospital. ¿Cómo Flippy lo sabía? La prensa era rápida, también la misma pelirroja en estado de ebriedad (cinco días después del accidente) en la oficina se lo hicieron casi al mismo tiempo sin la menor pizca de duda ni hueco en la historia que él no presenció ni en los medios por el bien de su ligero estado mental.
Flippy algo aprendió de aquello: Flaky no era una chica buena o al menos no cuando estaba bebía, hasta a él le costó trabajo cuidarla cuando ella salió como rayo de la oficina hecha una Magdalena. Lumpy le ordenó que fuese tras ella antes de irse a casa. Jamás le perdonó a Lumpy esa trampa.
Esa noche Flippy la dejó en un hotel como Lumpy le había ordenado. La idiota aún no le pagaba el hospedaje que él pagó aquella noche. Por otro lado, que ambos visitasen un hotel (él cargándola en brazos) ya debería ser una especie de tradición entre ambos.
¿Por qué será que él siempre tenía que pagarle el hospedaje a ella de un hotel? Con ésa, ya contaban 2 veces que lo hacía. Y Flaky, ¡aún no le pagaba!
Flaky dio la vuelta a la llave pero la puerta no se abría, suspiró y miró a Flippy con mucho pesar por lo que pidió a continuación:
—Se atascó otra vez.
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𝐃𝐨𝐧𝐜𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐝𝐨𝐬 𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧𝐞𝐬 | 🔞
Fanfiction『Flippy/Fliqpy x Flaky』Flaky describiría al guardaespaldas de su jefe con una sola palabra: "inestable". A pesar de trabajar juntos, ella no sabe nada de él. Lo que a Flaky le convendría saber es que después de años de paz, Flippy volverá a ser pers...