Capítulo 4

11 0 0
                                    

Vamos en camino a la fiesta con Patrick. ¿Que habrá querido Edgar? ¿Para qué habrá ido a mi casa?
-Patrick. ¿A qué fiesta vamos?
-Una amiga me ha invitado. Dijo que no había problema en llevar chicas. Asi que no te preocupes.-me alivia un poco escuchar eso. Pero, no creo que pueda disfrutar sabiendo que Edgar necesitaba algo. Lo llamaría si tuviese su número.
-¿Ya vamos a llegar?
-En la próxima parada nos bajamos.
-Está bien.
Cuando el autobús se detiene, Patrick y yo bajamos y entonces lo sigo para llegar a la fiesta. Comienzan a escucharse gritos y música.
Al llegar, me sorprende lo grande del lugar. Nos adentramos y Patrick va saludando a algunas personas a la pasada.
-¿Quieres algo de beber April?-Patrick me toma de la mano para avanzar entre la multitud. Apenas escucho su voz, hay demasiado ruido. Así que debo responder casi gritando para que me escuche.
-Quiero un vaso de leche!
-¡¿Estás de coña?! ¡Eso te dará sueño! ¡Te traeré un vodka!
-¡No bebo!
-¡Está bien! ¡Sólo por hoy!
Con esto Patrick se fue dejandome en una silla. Lo quedé mirando hasta que su silueta desapareció entre la multitud.
Entre ésta, divisé la de Edgar.
-Es mentira... ¿Por qué está aquí?-por alguna razón me sentí demasiado avergonzada como para verlo. Así que me giré.
-April!-¡Diablos Patrick! ¿no podías elegir un mejor momento?-¡April! ¡Te traje el vodka!
-¡Te dije que no bebía!-Patrick sonríe de oreja a oreja.
-Diviértete sólo por hoy, ¿si?-Patrick me ponela mano en la cabeza.
-Eres como un hermano mayor, que mete en cosas malas a su hermana.
-Ouch
-Ella puede divertirse sin esas porquerías.-Edgar aparece detrás de Patrick.-No la hagas pudrir su hígado, Patrick.
-Tiempo sin vernos Edgar. No te veía en las fiestas. ¿Ocurrió algo?-puedo notar cierta burla en su voz.-Ella no morirá por beber sólo una vez, ¿No crees que exageras?
Edgar se molesta, viene enojado hacia mí, y me arrebata el vaso que tengo entre las manos.
-Oye! ¡¿Qué haces?! ¡No eres mi madre! ¡Yo sola puedo ver qué bebo o qué no!
-¡Hace no mas de 2 minutos dijiste que no bebías!
-Pues ahora si!-le arrebato el vaso y me lo bebo de un sólo trago.-Waaaah! ¡Arde! ¡Que mal sabor! ¡Mi garganta!
-¿Ves? ¿Para qué bebes?-Edgar me toma del brazo y me lleva a la salida.
Una vez fuera, nos subimos a un coche que esta esperandolo y le pide que nos lleve a mi casa.
-Podía irme sola
-¿A esta hora? No hay autobuses.
Me quedo en silencio. Miro por la ventana el resto del camino. Y al llegar, Edgar le dice al conductor que se vaya a casa.
-¿No deberías irte a casa con él?-le pregunto a la vez que veo como abre las puertas de mi casa-¿Mis llaves?
-Te las quité mientras mirabas por la ventana. No me dejarías entrar.
-¡Eso no está bien!- camino hacia él pero me mareo y todo da vueltas.
-¿Ya estas ebria? ¿Con sólo un vaso?-Al terminar de decir esto Edgar comienza a toser.
-Eso te pasa por estar desabrigado.
-...si. Debí haberme puesto poleron.
Cuando entramos, prendo las luces, y guío a Edgar a la habitación frente a la mía.
-Escucha, te quedarás en ésta habitación. Todos los dias limpio asi que no te preocupes. La de al frente es la mía, no entres. A tu izquierda está el baño, al fondo. ¿Está claro?
-Si.
-Bien. Ve a dormir.-me tambaleo torpemente hasta mi pieza. Dejo la puerta abierta ya que se me olvida cerrarla, y me comienzo a cambiar.
-April.
-Qué?
-Dejaste la puerta abierta.
Lo quedo mirando por unos segundos. Me termino de quitar la polera, y voy hacia la puerta.
-Pervertido.
-Tu la dejaste abierta. Y tú vienes en brasier y jeans a cerrarla. Apresurate a entrar antes de que te viole.
-Vaya! ¡Qué miedo!-arrastro las palabras, se me durmió la boca.-¡Aiuda! ¡Aiuda! Alo? Polisia?-con mi mano imito un teléfono.
-Entra rápido o te violaré.
-Si? Diga?
Edgar me mete a mi habitación y cierra de golpe la puerta.
-Espe-!-¡¿Qué?!
-Te lo advertí, ¿no?
Edgar me quita las zapatillas, me desabrocha los jeans, se quita el chaleco que trae, y queda con una camisa ajustada con la que se le marcan los musculos. Se me acelera la respiración. Comienza a bajar lentamente mientras me saca los jeans.
-¡Edgar! ¡Espera!-con una mano me tiene inmóvil! ¡¿Qué pasa con este sujeto?!
Edgar sube mientras respira por sobre mi piel, y no puedo evitar retorcerme debajo de él. Cuando llega a mi cuello hace lo mismo. Luego, comienza a dar pequeños besos, hasta mi mandíbula. Cierro bien la boca. Luego sube y se queda sobre mi boca, no sé qué sea, si fue el vodka y que no bebo, o que de verdad lo deseo, pero necesito besarlo, ya. Edgar me coge del mentón, y se acerca a mis labios, pero cuando está solo a milímetros de hacerlo, se detiene.
-Perdón, yo-lo interrumpo poniéndome encima de él, no sé qué estoy haciendo. Perdí el control de mi.
-¿April? ¿Te encuentras bien? ¿Es el vodka?-Planea seguir preguntando, así que lo beso. Siento que se me pone la piel de gallina. Edgar me corresponde el beso, siento que mi cuerpo se calienta y estoy segura de que parezco un tomate. Edgar se separa de mí.
-Espera. Tenía que decírte algo.
-¡ñio quero! -me dirijo al baño como puedo.
-¿April?-Edgar me sigue, abro la ducha y está el agua fría, pero quiero enfriarme, así que me meto.-¡Te vas a resfriar! ¡Sal ahora mismo!-Edgar me toma del brazo para sacarme pero ocupo su fuerza en contra y lo jalo hacia mi. Y quedamos ambos empapados.
Lo coloco hacia la pared y debo colocarme de puntillas para estar cerca de su boca. Lo bajo atrayendolo desde la nuca y lo beso, de nuevo, podría hacerlo por horas, sabe dulce.
Edgar me toma de la cintura y me apega más a él. Entonces despierto de mi trance.
-...¿Qué estoy haciendo? ¡Perdón! ¡Perdóname!-salgo corriendo empapada en busca de unas toallas. Me devuelvo para secar a Edgar.-¡Quítate la ropa!
-Entonces tu me la sacas y yo te la termino de sacar.
-¡Ven rápido!
Edgar viene hacia mí, le coloco una toalla en el pelo, le pido que se siente en la cama, le quito la camisa botón por botón. Y los pantalones se los quita él. Y se coloca la toalla enla cintura.
Me quedo observando sus músculos. Y me sonríe.
-¿Disfrutas lo que ves?
-¡No seas imbécil! Hmph!-me cruzo de brazos y me volteo-veré si queda ropa de papá.
Cuando al fin encuentro algo, se lo llevo y se cambia de ropa. Prendo la estufa y lo hago calentarse ahí. Me coloco mi pijama de osito y me acurruco a su lado. 
Edgar comienza a toser demasiado.
-¿Estás bien?-lo miro preocupada.
-Si. No es nada grave, sólo un resfriado.
-Ok.
Nos quedamos mirando la estufa. Y entonces pensé distraídamente en las llamas que se distinguían en la ésta. En que nos encontrábamos los dos, solamente haciendole compañía al otro. Sin estar conscientes del tiempo, que sin notarlo,se nos estaba escapando de las manos.

××××××××××××××××××××××××××××××××××

Al siguiente día, desperté acurrucada en el suelo, tapada con una manta rosa. Cuando distinguí mi alrededor, no habían rastros de Edgar. Y, en su lugar, solo yacía un charco de sangre que no era mía.

StargazerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora