Capítulo 2. La cabaña.

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[17 de enero 2017]

La cabaña era tan grande que mis respiros se podían escuchar como ecos, su cuerpo estaba envuelto en la toalla, las gotas caían desde su cabello, yo ponía la comida encima de la mesa, mientras él se acerca y deposita un suave beso en mi boca, yo palmeo su trasero y suelta una risa quejambrosa.

–Esto se ve delicioso Em –Sonríe y yo me siento, acompañada por él.

–Bueno fue una de las pocas cosas que me enseño mi mamá –Digo con fingida suerte y él niega con la cabeza.

–Amor, no pienses en ello –Niega y empieza a comer –¿Qué tienes pensando esta semana hacer?

–Bueno iré con Mark a ver algunos apartamentos –Suspiro tomando café –Dice que es mejor hacerlo de una vez.

–Espera –Me detiene –Creí que te quedarías en el pueblo.

No digo nada, solo me dedico a tomar mi café lentamente, él pone los brazos en el comedor y entrelaza las manos, sé que espera que le diga algo, pero intento evadirlo.

–¿Qué harás tú? –Pregunto y dejo la tasa en la mesa.

–Emily, responde.

–Harry, responde tú.

El relame sus labios y echa el cubierto con comida en su boca, mastica lentamente mientras yo me tenso:–Sacaré a comer un helado a las niñas –responde cortante y se pará de la mesa cuando termina, sube las escaleras y yo me quedo ahí sentada, terminando mi desayuno, mientras pienso y escucho sus pasos buscando sus cosas, tomo un respiro y espero que baje.

Miro la mesa, respiro lentamente, escucho sus pasos atravesar la sala y me mira con el ceño fruncido, mira la camisa y bufo, paso mis brazos y salgo de ella, quien deja mis pechos desnudos, le estiro la camisa y él ni se dedica a mirarme.

–¡DIJISTE QUE TE QUEDARÍAS, MIERDA! –Grita y yo lo miro serena.

–Lo sé, cariño –Suspiro –Pero, dice que es mejor instalarme en la ciudad de una vez –Me acerco y toco su cara para que me mire, sus ojos enojados y su boca estaba apretada por mis manos y le doy un beso corto –Prometo quedarme el tiempo posible.

–¿Estás escuchándote acaso? –Aparta su cara bruscamente y empieza a abotonarse la camisa –Te vas a ir a una ciudad Emily, te vas.

–Pero podrás ir conmigo.

–Por favor Emily, tu padre ni me dejara acercarme, ni siquiera el insolente de Mark –Responde con acertado asco.

–Ya no tengo diecinueve años Harry, soy mayor de edad y me puedo ir a donde quiera con quien quiera –Digo demandante y el suelta una risa histérica.

–Eres una boba Emily –Suspira –Tu papá me mata, te llevo siete años de diferencia, prefiere dejarte encerrada por siempre.

Yo me acerco a él y succiono su cuello, el gruñe y yo me aparto veo el rojizo y sonrío con excelencia, lo obligo a abrazarme y a verme directamente a los ojos, él acaricia mi cabello largo y siento fascinación en mi cuerpo:–Nadie va a ser un obstáculo para nosotros, Harry. Te amo. –él sonríe y me alza, enredo mis piernas a su alrededor y nos besamos, lenta y pausadamente, succiona mi labio inferior y casi siento un ligero dolor, cuando lo suelta siento lo inflamado que esta. Me vuelve a bajar.

–¿Por qué siempre estamos peleando?

–Porque siempre quieres pelear conmigo.

–No es cierto, tu siempre haces que pelee contigo, siempre eres tan tú –Me mira con picardía y yo sonrío.

La sombra del amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora