¿Vamos?¡Vamos!

15 2 0
                                    

No podía imaginar que a Joel se le haya ocurrido algo así, es muy tierno.

Era un campo abierto, en medio un camino recto de cemento muy blanco, a tres metros se podia ver una circunferencia en donde estaba tendida una sábana a cuadros rojos y blancos.

Fuera de la sábana estaban un par de velas gruesas blanco crema, en medio de la sábana habia fresas, unas con crema y otras con chocolate, dos platos apartados, una bolsa que parecia contener algún tipo de comida y bajo aquella bolsa una caja de pizza.

¡No puedo creerlo! ¡Joel hizo todo esto!

Se  me escapó un suspiro y Joel regresó a mirar.

-¿Te gusta?

-¡Me encanta!

-Lo hice especialmente para tí

-No me imaginaba que algo como esto haya sido "la sorpresa", es por esto que no me dejaste degustar ni una pisca de comida, ahora entiendo todo.

-¡Exacto! ¿Vamos?- dijo tomando de mi mano.

-¡Vamos!-dije caminando junto a el.

Al llegar lo primero que hice fue tomar una de las fresas que se encontraban a mi izquierda, me la llevé a la boca y la comí.

-¿Te gustan las fresas con chocolate, verdad?

-¡Si! Son mi fruta favorita, ¿La tuya?

-La naranja-sonrió.

-Es mi cuarta favorita.

-¿Y la segunda y tercera?

-Coco y mango.

-Son deliciosos.

-¡Si!- respiré y continué- Bueno Joel, ¿Por que me trajiste aquí?, es decir esta es como una cita de enamorados.-lo dije sin rodeos.

-Queria impresionarte, sera la última vez que nos veamos... a menos que vayamos a Ecuador o tu vengas a...- lo interrumpí.

-Miami, iré.

-¿En serio?

-Algún dia- reí

-Bueno pues ese dia espero tu llamada y tu permiso para retirarte del aeropuerto.

-La tendrás, te lo aseguro.

Levanté los pulgares y le sonreí, por alguna razón mi acto hizo que Joel riera tambien.

-¿Que hay en aquella bolsa?

-¿aquí?- dijo señalando la bolsa que minutos antes se encontraba encima de mi amada pizza.-¡Son tacos!

-¡Los amo! Al igual que la pizza.

-¡Yo igual!.

-¿Puedo?-dije tomando uno de los tacos que sacó de aquella bolsa.

-¡Provecho!-hizo una mueca que me hizo reir un poco, tomó un taco tambien y antes de comerlo lo levantó en mi dirección y dijo-¡salud!

-¡salud!

-1...-dijo

-2...-dije

-¡3!-gritamos al mismo tiempo y los tacos que estaban en nuestras manos de un momento al otro estaba en nuestros estómagos.

Todo el momento pasamos hablando de nuestras vidas, conversando de lo bueno y malo, le conté que cantaba pero que era muy tímida como para poner mis cuerdas bucales en practica, me invitó a cantar con el y en ese momento comenzamos un concierto privado de canciones de Sin Bandera.

Reímos mucho. Me divertí.

¡A primera vista! [[En Edicion]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora