¡Vamos!¿No me dirás?

8 1 0
                                    

-Hasta pronto Bell-me dedico una hermosa sonrisa.

-Nop, no hombre, no te vas hasta que Renato venga por ti-dije cerrando la puerta de salida que ya estaba abierta.

-Renato no vendrá por mi-dijo mirándome como si fuera algo obvio.

-Entonces te quedas-repliqué regalandole una sonrisa mientras apretaba sus cachetes.-son taaan suaves-dije mientras jalaba sus mejillas hacia todos lados.

-¡Auch!-dijo este con una mueca de dolor.

-Lo lamento-dije, de inmediato lo solté.

-¿Me permites irme?-preguntó de repente, señalando a la puerta.

-No.-fue lo único que dije antes de extenderle una mantita que tenia en mi buró-Cuarto de huéspedes, por el pasillo a la derecha.

-Gracias-respondió, tomándola y dirigiéndose hacia las escaleras-¿No vienes?-preguntó deteniendose y regresando a mirar.

-En un minuto.

(...)

El sonido del timbre me despertó, me senté en el borde de mi cama. Habia soñado a blanco y negro.

-Yo abro-gritó desde abajo Joel.

Me apresuré tomando una ducha rápida y vistiéndome, tenia que hacer el desayuno.

Al bajar las escaleras vi a un Joel despeinado con una taza de café en la mano.

-¡Buen Día!-dijo este al verme-¿Té o café?

-¿Hiciste el desayuno?-pregunté extrañada.

-¿Que no es obvio?-respondió con otra pregunta-por cierto, tienes correo.-señaló la mesita central de la sala.

-Gracias-dije antes de sonreir y dirigirme a tomar el sobre.

Al abrirlo me quedé impactada por lo que decía. Al parecer viene de Ecuador pero no tiene la estampilla que mi madre y mi hermano suelen poner cuando me envían una carta.

-¿Todo bien?-preguntó Joel de repente, extendiéndome la taza de té.

-Si... de hecho no-dije tomando de sus manos mi té-No se de quien viene esto.

-No es mejor abrirla, para saber de quien es...-respondió como si fuera algo obvio.

Reí ante su gesto-Tienes razón.

Leí la carta.

Oh shet, ¡Sebastian!- pensé.

-¿Quien es Sebastian?-Habló Joel.

-¿Pense en voz alta?-dije frunciendo el ceño y mirándolo directamente a los ojos.

-Al parecer-respondió este-¿Quien es Sebastian?-volvió a preguntar impaciente.

-¿A caso importa?-lo mire extrañada pero con algo de ternura en mis ojos.

-Si, si que importa-dijo acercándose poco a poco a mi.

-¿En que?-replique cruzándome de brazos.

-En que tu y...-se detuvo.

Nos encontrábamos frente a frente, a tres centímetros de distancia y no continuo con lo que estaba por decir. 

Pareció pensarlo un momento, saliendo de si, a su regreso continuo-No nada-una sonrisa picara se formo en sus labios.

-¡Vamos!-lo anime-¿No me dirás?-sonreí picara también.

-Noup-dijo dando algunos paso hacia atrás para luego girar por completo y dirigirse a la cocina.

-Joel, no me hago responsable de mis actos-dije cruzada de brazos y con un puchero a medio salir.

Se dio vuelta en cuanto termine la oración-¿Y... Que piensas hacer?-pregunto con una ceja levantada.

-Oh... nada.-sonreí con cinismo.

Sus pasos vinieron directo a mi, y en un movimiento rápido ya me encontraba recostada en el sofá.

-¿Cosquillas?-pregunto en un susurro Joel con una sonrisa de lado en su rostro.

-¡Oh, no!...Joel, no... por favor-suplique, este hombre conoce mis puntos debiles.

-Muy tarde, bonita-dicho esto, se declaro la guerra.

-¡Joel!¡No mas!¡Basta!-no se de que me servia mi esfuerzo por que me soltara, la risa ahogaba cada vez mas mis gritos. 

Y como era de esperarse termine en el suelo alfombrado. Rayos.

En un impulso repentino logre empujarlo y esta vez la que estaba encima del otro era yo. 

-¡Bell!¡Bell!-decía entre carcajadas, yo me enfoque en ahogarlo de risa.-Bell, me gustas.

¡ESPEREN, QUE! 

-¿Que has...-el timbre de la puerta sonó-Espera un segundo-me puse de pie y abrí la puerta.

-Bell, vine por mis apuntes.-sonrió al verme roja y sudada-¿Que estabas haciendo?-pregunto con tono burlón.

-Matt, no pienses mal, estábamos jugando-no pude evitar sonreír de oreja a oreja-Ven, pasa...

-Una vez dentro miro a Joel-Oh, Hola amigo-sus ojos viajaron repetidas veces hacia los míos y luego hacia los de Joel.

-¿Que tal?-saludo Joel con una sonrisa.

-Tus libros los tengo arriba, regreso en un segundo-dije al ver su intercambio de miradas, con las cuales supongo se comunicaban. En definitiva no comprendo su lenguaje.





¡A primera vista! [[En Edicion]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora