Hola, diario.
La psicóloga me ha dicho que tengo que escribir todos los días. No me gusta la idea de que mis pensamientos se muestren expuestos a cosas materiales. Es un gran riesgo. Pero es un riesgo que la doctora Mendaz me obliga a cometer.
Ha hecho mucho por mí. Así que supongo que tendré que hacerle caso. Gracias a ella tengo una semana para organizar toda mi vida. Algo que nadie más me ha permitido. No se por dónde empezar. Es todo tan... extraño. Y doloroso. Aún no me lo creo.
"Querido" diario, te voy a explicar cuál es mi situación. Hoy es 8 de enero. Hace solamente dos días eran los reyes magos. Aquella celebración que no festejo por mi alternativa madre. Tan alternativa ella, que el 6 de enero fue ingresada en el hospital. Me pasé todo el día en la sala de espera viendo la penumbra de aquel día. Conocí a dos reyes Baltasar con la pierna escayolada. Y a una mujer que se había tragado el aba del roscón. Pero, sinceramente, fue un infierno.
Había encontrado a mi madre inconsciente en frente de su cómoda. Cada día odiaba más el hecho de que viviéramos en medio del monte. La ambulancia tardó una hora en llegar. Una hora en la que estuve lloriqueando a la mujer del 112.
Lo siento. Me cuesta continuar escribiendo.
He vuelto. El hospital psiquiátrico en el que me han ingresado es un horror. Aún así es mi única salvación por el momento. La doctora Mendaz me consuela. Me ha insistido que continúe escribiendo. Allá voy con la historia de antes.
A las nueve de la noche de aquel mismo, me dijeron que mi madre estaba en coma. Pero que no iba a sobrevivir y que en pocos días moriría.
Como decía, su esperanza de vida es escasa. Y soy menor de edad. Por lo tanto, alguien tiene que cuidar de mí. No tengo abuelos. Y no quiero irme a vivir con mi padre. Está lejos y no le veo desde los seis años. Además de que es un completo imbécil. Gracias a él tengo psicóloga. Me dan ataques de ansiedad debido al estrés que tengo con él y con mi madre.
Mentiría si dijera que no sabía que este día llegaría. Mi madre lleva años enferma. La he estado cuidando durante mucho tiempo. Pero nunca me había preparado para esto.
No puedo.
No puedo.
No puedo irme a vivir a Bath. Está a 21 km de Bristol. Lo que, según Google Maps, son 1849 km en coche desde Guadalajara. Eso teniendo en cuenta que pasa por el túnel ese. Pero da igual. Eso no es lo importante. Está muy lejos de mi madre. Muy lejos de todo.
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June Cook
أدب المراهقينUna joven que ha tenido que vivir con el estrés de una familia que ha dependido de ella; se tiene que enfrentar a una dolorosa despedida. En consecuencia se mudará a Bath, un pueblo a 21 km de Bristol. Donde tendrá que pasar los estudios equivalente...