They Don't Know About Us |Josyan|

Epílogo

Desde que tiene memoria siempre había odiado visitar aquellos lugares, por muchas razones, y esta seguro que él no es el único, los colores negativos de esos lugares le llenaban de tristeza, la tensión y desesperación que se podía sentir le daba un sentimiento de inquietud, el llanto de las personas que habían perdido algún familiar le desesperaban y lo preocupaban a la vez, debido a que pensaba que en culquier momento podria salir algún doctor a informarle que la persona que había ido a visitar había muerto, o estaba en mal estado, aunque no todo allí es malo, pero él sólo se centraba en eso, lo malo, y nada le haría cambiar su opinión acerca de los hospitales.

Levantó su vista y vio el número de la habitación, abrió levemente la puerta y se adentró en aquel triste cuarto, al entrar el típico sonido del pitido que indicaba el funcionamiento del corazón invadió sus oídos, con pasos lentos se acercó a la camilla, y al ver al chico sobre esta, conectado a muchos cables soltó un jadeo y una lágrima se resbaló por su mejilla, con la parte delantera de su mano  la limpió, no quería llorar, quería ser fuerte, fuerte para su novio.

Se puso de rodillas a un lado de la camilla y colocó su mano sobre el rostro de su novio, el cuál tenia varios raspones y moretones, el doctor encargado de observar a el pelinegro les había informado que en el accidente el mayor afectado fue este, debido a qué el impacto que resivio el auto del lado del conductor le golpeó la cabeza, y el golpe que resivio por la parte trasera le expulsó hacia delante, debido a la falta de cinturón, golpeandose contra el vidrio.

El castaño tomó la mano de su novio y la observó, para luego unirla a la suya, se dio cuenta de lo fría que se encontraba la mano de su pareja, y el color opaco que presentaba, observó un poco más los cables que tenía el chico en la camilla, observó la aguja enterrada en su brazo, la cuál le pasaba suero, también notó la mangera que le ayudaba a respirar, y luego movió su vista hacia la máquina que indicaba los latidos de su corazón, tenía miedo que esta en algún momento diera el sonido que indica que el corazón a parado de funcionar.

Tenia miedo, mucho miedo.

-Hola, amor. -Bryan se acercó un poco más a la camilla, susteniendo aún la mano de Jos-. Los doctores nos dijieron que era posible que no sobrevivieras, ya que tu corazón esta trabajando de una manera lenta y por esa razón estoy aquí, me dieron permiso de despedirme de ti, aunque algo en mi me dice que saldrás de aquí, te levantaras de esta camilla y nuevamente serás el chico inquieto de la banda al cuál le gusta gastar bromas cada que tiene la oportunidad. -Bryan suspiro y limpio las lágrimas que tenía en su rostro, pero aún salían más de sus ojos mieles. -Eres la persona más fuerte que conozco, vamos, tu corazón no puede dejar de funcionar, debemos seguir cumpliendo nuestros sueños de ser cantantes, debemos seguir alegrandoles el día a muchas chicas, no puedes irte, si lo haces las coders estarán mal, te extrañaran, recuerda a tu mamá, a ella le doleria perder a su hijo menor, tu hermana, los chicos, recuerdame a mi, yo no te quiero perder, eres lo mejor que me a pasado en la vida, el amor de mi vida, te necesito, eres la persona que me da la fortaleza de levantarme, de seguir adelante, eres la luz que ilumina mis días oscuros, necesito ver tus ojos, tu sonrisa, tengo miedo, mucho miedo de que te vayas, por favor, amor, no me dejes, no rompas mi frágil corazón, aún tenemos que seguir con nuestra historia de amor; hay que contarle a los demás sobre nosotros, como siempre quisiste. -el mayor paso sus brazos por la cintura del menor y recosto su cabeza en el pecho de este, llorando, con un dolor en su pecho, no quería perder a Jos, lo único que quería hacer era gritar su amor a los cuatro vientos, como suelen decir.

Despues de varios minutos los cuales utilizo para recordarse de que habia ocurrido colocó su fría mano sobre la cabeza que estaba recostada sobre sus piernas, el dueño de esta la levantó rápidamente y miró hacia arriba uniendo sus ojos rojizos con los del chico de pestañas largas.

-Jos, estas aquí, estas despierto, lo estas, de verdad lo estas. -El mayor se acercó a el pelinegro y pasó su mano por la mejilla de este, se acercó a los labios resecos de el chico y los besó, estaba feliz, su novio estaba despierto-. Iré a buscar a un doctor, para que te revisen y en unos dias salir de este horrible lugar.

Antes de que Bryan saliera Jos lo agarró de brazo, el primero se dio vuelta y con la mirada le preguntó que era lo que ocurria, el menor soltó un suspiro cansado y luego habló con una voz muy ronca.

-Ellos no saben nada de nosotros.

Sus ojos se estaban cerrando, no aguantaría mucho más despierto, tenía que aprovechar estos pequeños segundos para decirle aquellas palabras a Bryan, antes te irse.

-Te amo... -sus ultimas palabras fueron aquellas, sus ultimas palabras fueron dirigidas a la persona que más amo en su corta vida, sus ojos se cerraron completamente, una sonrisa estaba en sus labios, y la máquina al lado de la cama dio el sonido el cuál Bryan temia escuchar, el mayor nuevamente volvió a llorar, nuevamente besó los labios de este, y se aferró a su cintura, no queriendo dejarlo ir, aunque igual lo tenía que hacer.

-Yo también te amo, Jos.

-La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo.
( Isabel Allende )