Nació el 24 de diciembre de 1922 en Grabtown, Smith Field (Estados Unidos).
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Fue la menor de siete hermanos, su padre fue granjero. La familia era muy pobre y se crió como un "chicazo", colaborando en las labores de la granja (en la Metro se maravillaron años más tarde al comprobar que sabía ordeñar vacas). A los cinco años lió su primer cigarrillo; a los ocho, probó el tabaco y fumó toda su vida.
Cursó estudios en el Atlantic City Christian College.
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El "animal cinematográfico más bello del mundo" según era llamada, fue descubierta por el cazatalentos Barry Duhan; que quedó impresionado al ver una fotografía de la actriz expuesta en el escaparate de la Quinta Avenida. De este modo, dejó sus estudios de secretariado y comenzó a intervenir en numerosas películas. Tomó lecciones de dicción y arte dramático.
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Tras cinco años de estancia en Hollywood y después de cumplir con sus obligaciones de starlette, apareció finalmente tal y como era en Forajidos (R. Siodmak, 1946). Después trabajaría en una película mediocre (Una vida y un amor J. Brahm, 1948) y afianzaba regiamente su presencia (Los vendedores, J. Conway, 1947; El gran pecador, Siodmak, 1949). Cuando le comenzaron a atribuir papeles más consistentes, y se encontró con cineastas que la comprendían, demostró que sabía interpretar. De este periodo destacan Mogambo (John Ford 1953), La noche de la Iguana (John Huston, 1964). En Magnolia (G. Sidney, 1951), su interpretación es de tal nivel que queda grabada en la memoria. Afortunadamente, tuvo un papel que aún sin ser mítico, fue uno de los más bellos: la mestiza de Cruce de destinos (George Cukor, 1956), personaje intenso, desgarrado y trágico al que transmitió nobleza y sensibilidad.
