¿Esto es amor?

Capítulo 3

Fernanda y yo nos dirigimos hacía la cooperativa para ver si lo llegaba a ver o reconocer, sea por instinto o casualidad ya que yo no sabía quien era él. Antes de llegar, vimos a Sebastián y a dos muchachos sentado junto a él «Dios mío, es el muchacho guapo que vi a la entrada» -Fer, el de sudadera es el muchacho guapo que vi cuando estábamos en el barandal -dije con impulso y emoción.-¿Está guapo?
-Sí, está guapo. -dice, mientras voltea hacia donde estaban ellos.
Se encontraban sentados a una pequeña distancia de nosotros. No me cansaba de verlo.
-¿Quién de ellos dos será Alan?
-No lo sé, preguntale a Sebastián -me aconseja.
-Dile tú. Tú le gustas - Me mira con cara de odio y burla. Al parecer Sebastián se enamoró de ella en el momento que la vio, pero ese chico no me da buena espina, tiene algo.

«¿Será él? Algo me dice que es él. Es muy guapo...» En el momento que mis dudas consumía mi cabeza para saber quien era este supuesto chico al que conocería, pasan unas compañeras de clase y recordé que una de ellas le publicó en su muro algo sobre su cabello, así que procedo a preguntar sobre él. -¡Valeria!- me dirijo a ella. -¿Sabes quién es Alan Garcia?-.
Voltea a verme con los ojos más grandes de lo común y una sonrisa de satisfacción mientras daba brinquitos y me agarraba de las manos; en ese momento no creí que ella reaccionaría de una manera tan rara, loca e impulsiva como está. Mientras trataba de analizar el por qué de su actitud, alcanzaba a escuchar "¡A él si lo quiero para ti! ¡Él sí!" una y otra vez. -¿Piedes hablarle? Quedamos hoy en hablar y no sé quien es de ellos.- le digo con un gesto de vergüenza. Grita su nombre muy entusiasmada y me dirijo hacia donde estaba sentada hace un rato, junto a Fer. No estábamos ha tanta distancia de ellas, pero no deseaba escuchar de lo que se decían.-¡Hablale....! -escucho difícilmente mientras me dirijo a tomar asiento, en eso volteo a ver un poco donde están ellas, y lo veo a él. «¡Dioooooos! Si es él. Daniella tranquila, son solo amigos.» Me coloco mis audífonos mientras hablaban ellos para tratar de calmar mis nervios y evitar ponerme roja a similitud de un tomate.

-Hola -escucho una voz fuerte pero a la vez suave y gruesa acercarse a mi.
-Hola -le contesto mirándolo difícilmente. Era mucho más alto de lo que miré en aquél barandal. Y guapo, muy guapo. Estaba demasiado nerviosa, no sabía que decir.

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-Te compro un chocolate el martes que hablemos.
-No, ¿cómo crees? A penas nos conocemos. -Él insistió. -Bueno, está bien. Solo eso.

Era demasiado lindo para ser verdad, no podía creer que me haya topado con alguien como él. Pero no hay que hacernos ilusiones que aún existe la labia.

-¿Cuánto llevas con tu novia?
-No tengo novia- contesta riendo.
-¿En serio? ¿Y la muchacha de tu foto? ¿Por qué se abrazan? - empiezan las dudas a atormentar mi mente: «¿Y si es cómo muchos? que niegan a la novia y al final la jodida soy yo por andar de "ofrecida" con él. No creo... ¿pero si lo es?» -Solo es una amiga. -Me da un poco de calma leer eso. Aunque igual, debía cuidarme de que no quiera hacerme ilusiones con su labia y luego botarme con el corazón vuelto cenizas en las manos.

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Pláticamos lo que nos quedaba de clases, ya que tuvimos bastantes horas libres por lo mismo de que ya era fin de 3er parcial y fin de semestre. Cada vez me interesaba más aunque me incomodaba que no me viera a la cara ni un segundo, volteaba mucho a ver el piso o a las personas que caminaban por donde nosotros estábamos. Lo sentía un poco incómodo así que me fui a ver si no tenía clase, algo que no debí hacer porque en realidad no tenía ni una clase. Pasaron unos pocos minutos y volví a intentarlo; esta vez él estaba hablando más, sin contacto visual pero era mejor que pudiera hablar un poco más.
Sus amigos se acercaban, me miraban raro y se iban. Yo solo quería estar con él, me sentía bien a su lado, era lindo poder platicar con él hasta en persona.