Síntomas de un enamorado.

Te amo, pero te extraño.

Hablo muy en serio cuando digo que ésto no es común en mí, es decir, es la primera vez que alguien me ha enamorado a tal magnitud de tenerme igual de feliz únicamente cuando estoy de su lado, sin importar cuánto daño hubiese habido de por medio. Capaz de provocar los sentimientos más sinceros que ni uno mismo sabía que tenía dentro de sí. Era algo indescriptible que entre tantas personas solamente una podía hacer que aquello saliera a luz, y sí, tan difícil no es saber que tú eres esa persona.

Claramente hay que saber que me arrepiento de cada pequeño rasguño que pude haberle hecho a tu corazón en todo el tiempo en que hemos convivido; desde el primer mensaje hasta el último. No tenía en cuenta todo lo que te hacía porque nunca antes nadie me había dado una bofetada que indirectamente dijera que alguna vez hice daño y que debía parar antes de perder lo que más amo en mi vida. Lo que es mi vida, realmente. Digo que eres mi vida porque no hay momento en que no me pregunte cómo has de estar, qué estarías haciendo o qué cosas piensas que no puedes decidirte por una; porque si lo supiera ya te hubiera dicho que es lo mejor para ti sin importar el hecho de que tenga que irme de tu vida o no. Lo que importa es que jamás esa sonrisa encantadora que llevas contigo desaparezca. De todo corazón, alma y todo lo que me conforme; lo siento, pero a la vez digo que te amo. Es irónico e ilógico, quizá, pero te amo de igual manera.

Con respecto a eso de hablar nuevamente, de escucharnos como solíamos hacerlo antes en todo momento. Dije que tenía miedo porque sé que me perderé en tu voz como si fuera lo único que ha de escucharse hermoso en todo el universo y no hubiera nada ni nadie en lo absoluto que pueda ganarte, en mi opinión. Sé que seguiré poniéndome tan nerviosa como la primera vez e intentaré ocultar eso con mis estúpidos juegos de niños para cinco años, aproximadamente. Es confuso, diría yo, porque intento centar cabeza en no hacerme falsas ilusiones con respecto a ésto. Pero estoy completamente segura de que cuando te escuche eso no tendría sentido, sabes, por la pequeña razón de que cuando te escucho no hay nada malo en mí; ni un pensamiento, ni un latir "erróneo" y fuera de órbita. Nada de pesimismo cuando estaba contigo.

Simplemente tengo miedo de tener más fe y esperanza en nosotras de lo que ya tengo. No sé si es malo o bueno, en realidad, pero tengo cuenta la gran desventaja que tengo en tu vida y no quiero salirme de la verdad. Duele, muchísimo, pero no es mejor clavar más profundo la daga a una herida que de por sí es enorme.