Capítulo 23

6.2K 400 61
                                    


  "Cómo puedo ser feliz si mi mente está tratando de matarme?''

 Sentí mi sangre enfriarse en ese momento y tragué en seco. Asentí extrañamente y hablé.

 —Uhm, bueno... —Hice una pausa, inhalando aire y exhalando-lo. —... es qué, bueno, lo que pasa, es, sí.... yo.. 

—¿Podrías decirlo de una buena vez, preciosa? —Preguntó interrumpiéndome, asentí tranquilamente y seguí hablando.

 —Lo que pasa es que mis padres me prohibieron volver a acercarme a ti. Yo me negué y desde eso... mi padre me golpeó. —Confesé y la mirada de Richard setransformó en una llena de furia. 

—¿Y a qué te refieres con eso? —Preguntó inseguro, mirándome a los ojos con el ceño fruncido. 

—Tengo miedo. —Respondí. — Sé de lo que son capaces, y... no quiero que me separen de ti, Richard. 

Sollocé y me aferré a sus brazos, respirando tranquilamente su aroma. El soltó un suspiro y me apretó más fuerte a él.

 —Nosotros podemos contra esto, en unos... espera, ¿cuándo cumples 18? —Preguntó interesado, haciendo una mueca extraña. Rodé los ojos y respondí.

 —25 de septiembre. 

—¿¡En una semana más?! —Preguntó incrédulo y bufé, asentí tranquilamente y el quedó pensativo. 

—Eso quiere decir que en una semana más, no tendrás que dejarte llevar por lo que digan tus padres. Y además... te tengo una buena noticia. 

—¿Cuál es? —Mi madre tiene un departamento reservado exclusivamente para mí, para cuando entre a la universidad. —Respondió guiñándome el ojo. 

—¿Y...?

 —Nos podríamos ir a vivir allí si te incómoda vivir acá. —Propuso, contestando idiotamente a mí pregunta. Sonreí a medias y asentí.

 —Por supuesto, es una genial idea. —Susurré y lo abracé. Sin duda tengo al mejor amigo del mundo.

 Al día siguiente desperté en la habitación de huéspedes, mis cosas estaban acomodadas, ya que la madre de Richard me había ayudado en todo; Ella era una mujer sencilla y humilde, sin duda muy amorosa. Su sonrisa demuestra calidez y confianza.

 El despertador (alarma) sonaba ruidosa-mente. Lo apagué gruñendo en voz abaja y me levanté rápidamente para ir a bañarme. Luego de salir de la ducha, tomé mi ropa para vestirme cómodamente y luego amarré mi pelo, dejándolo desordenado y con una pizca de rebeldía. Bajé al primer piso, y me senté junto a Richard para tomarme una leche.

 —Buenos días a todos. —Los saludé amablemente y sonreí. Ellos hicieron lo mismo y se sentaron para desayunar. 

—¿Siempre te viste con cosas holgadas, a pesar de el calor infernal que hace? —Preguntó Rousse agradable-mente. 

—Sí, ¿por qué? —Respondí confundida y sonreí a medias. 

—No sé, curiosidad. La mayoría de las chicas se visten como putas. —Murmuró para que su madre no la escuchara, pero de todas maneras la escuchó. 

—¡Rousse! Qué vocabulario es ese, por Dios. —La regañó y Rousse frunció el ceño con molestia. Reí bajito y terminé de tomar mi leche. —Aunque debo admitir que te vez muy bien. —Me guiñó un ojo y reí. Le respondí con un ''gracias'' y tomé mi mochila junto con Richard. Besé la mejilla de su madre y luego la de Rousse para salir de allí.

 Al llegar a la secundaria entré sin más conversando des-interesadamente junto a Richard. Me gustaba no llamar la atención, así no tenías tanta presión; como un famoso, por así decir.

"Depression"- Christopher Vélez y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora