¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
nombres y juegos
lunes 6:55 am
Tomé un pedazo de pan tostado de la mesa, y usé mis labios como un clip para sostenerlo mientras me puse mi chaqueta verde oliva. Tomé la tostada de entre mis labios y mordí de este un bocado enorme, corriendo para terminar mi desayuno, así no llegaría terriblemente tarde. Con mi bolso sobre mis hombros, estaba lista para coger el autobús para la escuela.
—¡Adiós mamá, adiós Milla!— grité dentro de la casa, y sin saber si me han escuchado o no salí de esta.
Ajusté mi bufanda a mi cuello una vez fuera dándome cuenta de lo frío que estaba hoy. Mis manos metidas en mis bolsillos, muy frías para ser removidas de ahí. En pocos minutos mi autobús ya estaba ahí, y tomé asiento en el primer lugar vacío.
Apoyé mi cabeza contra la ventana mientras veía las casas irreconocibles por el movimiento. Mis dedos trazaron pequeños garabatos en los empañados vidrios de las ventanas. Bajé del autobús y caminé lo que restaba a la escuela.
(...)
Me dieron miradas extrañas mientras caminaba hacia mis amigas debido al hecho de que estaba sosteniendo la sudadera de Chris. Me opongo completamente a esta idea de objetivar a las mujeres como si fueran premios que ganan, por lo que sólo me pareció apropiado devolverlo. Una vez que llegué a Noora, Eva, Sana, Vilde y Chris, me senté al lado de Vilde en el banco.
Había entrado en la inofensiva discusión que Noora y Vilde estaban teniendo sobre que tan borracha Vilde realmente estaba en la fiesta el pasado viernes. Yo sonreí con Sana, mientras miraba a estas das chismosas sin razón aparente. Era muy divertido ver qué excusas posibles Vilde podría llegar a decir para negar que ella estaba completamente borracha.
—Bebí mas de lo usual porque tuve un poco de picazón en la garganta, así que necesitaba algo de tomar.— Vilde usa aquello como excusa, cuando en realidad ni siquiera tenía tos para respaldar su historia.
Noora la miró de forma divertida y ahí fue el fin de la discusión. Un par de brazos serpentearon al rededor del cuello de Noora, y ella automáticamente supo de quien se trataba. William se inclinó y dejó un beso en su frente. Ella hizo una falsa cara de disgusto.
— Espera, ¿de quién es esa sudadera?— preguntó Eva, sus ojos tratando de distinguir lo que decía la sudadera, y de repente toda la atención se enfocó en mi respuesta.
— Conocí a esta chica en la fiesta y me pidió que sostuviera su sudadera pero cuando los policías interrumpieron la fiesta, no tuve la oportunidad de devolvérsela.— mentí, pues sabía que ellas pensarían que tuve algo que ver con Christoffer tan pronto lo mencionará y no quería aquello.
