I need you...

-1- I need you...

*-Ya te dije que no quería nada serio..

-Pero...¿Por qué?

-Estamos demasiado lejos, entiéndelo Marta, no estoy dispuesta a tener una relación a distancia.., ni si quiera estoy preparada para tener una a mi lado.

-Yo te seguiré queriendo, aún que sólo podamos ser amigas...

-No quiero hacerte daño, y noto cómo ya te lo hago. Mejor hablemos mañana, buenas noches, un beso.*

Esa noche apenas pude dormir, demasiadas vueltas anduvieron esos sentimientos de rechazo y enfado por mi mente, pero no dejaría que el amor que sentía por Susi decayera, la esperaría...

Yo soy Marta, una simple muchacha de 22 años enamorada del anime y la música, alta y ancha, siempre había sido así, aunque practicara mi deporte preferido, ¡voleibol! Últimamente mi equipo estaba en racha y ya teníamos el título de Nacional, se nota la calidad de sus jugadoras, ja ja ja. Mi cabello era más bien corto, por debajo de la nuca, cuando éste se mojaba ya que tenía unos rizos que me tenían harta.., y de color miel. Mis ojos eran pequeños y verdosos, y mi sonrisa tan grande que mi madre siempre me decía que parecía la risa del gato en Alicia en el País de las Maravillas.

Y..., supongo qué queréis saber sobre Susi, la que no puedo sacar de mi cabeza, mi..., mejor amiga según le dije.

Pero bueno, allí voy: Susi era una chica mayor que yo, tres años para ser exacta, simpática, trabajadora, atenta, responsable, divertida, con unos gustos parecidos a los míos, cariñosa pero me lo negaba, siempre me escuchaba y se preocupaba por mi, eso me encariñaba más y más de ella. Por sus fotos pude comprobar que era muy hermosa, un cabello negro y liso que no dejaba pasar a más de su cintura, unos grandes y marrones ojos, una sonrisa que no podía parar de mirar... Era más bajita y esbelta que yo, una princesa muy achuchable en mi mente.

Susi y yo nos conocimos en un chat de esos que te metes cuando estás muy aburrida, después de hablar por más de dos horas nos intercambiamos nuestros correos electrónicos y ya no hubo día en que no hablásemos.

Hasta la semana pasada, cuando después de tres años de amistad me di cuenta de que mis sentimientos iban más allá con ella.

Pero ya lo visitéis, me rechazó... Y aquí estoy, estúpidamente intentando evitar cualquier tema que me haga recordar mi metida de pata.

Suerte he tenido de que Susi no me dejara de hablar...