Cuarta Historia: "Starchicken"

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Seductor, elegante, dominante y omnipotente.

Así era Jack, un gallo mafioso que vivía en la granja de la Sra L-J.

Él nunca conoció el amor pues usualmente solía satisfacer sus deseos con jóvenes gallinas que ofrecían sus servicios en las calles de la ciudad. Su ciudad. Era prácticamente dueño de todo y aquello que no le pertenecía, podría llegar a comprarlo sin ningún problema.

Aquel día había salido a trabajar manejando su Fiat 500 o "Fitito", apodo puesto por los humanos hace siglos antes de que la rebelión aviar hubiera ocurrido.

Al llegar a las oficinas de su empresa, se acordó que había dejado pendiente unos asuntos con el pato Donald. Por lo que se dirigió hasta donde este estaba.

En la carretera, sin querer, arrolló a un humano que se había puesto en su camino. "No fue mi culpa" pensó él, "estúpido humano" profirió mientras reía con tono burlón.

Pero la policía lo detuvo y, luego de ser juzgado, fue enviado al penal de Ezeiza compartiendo la celda con el Gordo Tony y Al Capone.

Durante su estadía en la cárcel, Jack recibió un telegrama de despido de la Sra L-J. Había sido despedido por haber faltado mucho tiempo a su verdadero trabajo como gallo fecundador de gallinas ponedoras. Al enterarse de toda la verdad, él no lo quiso aceptar y su pequeña cabeza de ave explotó esparciendo sangre y tripas por la oscura celda.

Jack era una buena pers digo, un buen gallo. Él no quería dañar a nadie y se comportaba de esa manera ruda porque había sido abandonado cuando era apenas un pollito colorado. Solitario, pero humano en fin.

Los restos de Jack descansan hoy en el piso de las granjas industriales junto a la materia fecal de las gallinas maltratadas que pasan por ahí.

Si tan solo prestáramos atención a quienes nos piden ayuda, escribiríamos grandes obras de la literatura moderna.

FIN.

Historias Bizarras. Tomo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora