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Me desperté en una sala con muchas camas, la cual era como una especie de centro médico. Intente levantarme de la cama pero me fue imposible, las piernas no me respondían, entonces recordé la sala metálica y los grandes hombres que me habían sedado, también como me miro y llamo la mujer. Empecé a gritar como una loca cuando una mujer de aspecto bonachón se acercó

-Hola Raider, me llamo Morgan –Dijo en un tono meloso

-¿Dónde estoy? –Dije con desesperación

-Estas en el recinto Z

-¿El recinto Z?

-Es donde los mundanos nos envían a los sobrenaturales

-¿Los mundanos? ¿Sobrenaturales?

-Los humanos mandan aquí a los que no lo somos

-¿Me estás diciendo que ni tu ni yo somos humanas? Déjame reír

-Oh una escéptica ¿Eh? –Sonrió –Llama a Aladiah –Le dijo a una chica muy delgada. A los diez minutos apareció una chica con una larguísima cabellera rubia, unos ojos más azules que el cielo y un cuerpo de escultura –Cariño muéstrale que eres –Ella asintió lentamente y pude ver como unas enormes alas blancas salían de su espalda. Aterrorizada retrocedí en la cama -¿Me crees ahora? –Dijo Morgan y asentí lentamente –Vamos te enseñare las instalaciones

La seguí por lo que parecía un campamento de verano, la gente parecía normal y feliz, todo estaba repleto de cabañas pequeñas y unas pocas más grandes que parecían instituciones, un gran bosque se erguía a nuestra izquierda

-Nosotros somos una comunidad pacifica –explico Morgan –Tenemos instituto, colegio, cabañas propias… sé que te parecerá un poco extraño pero es lo máximo que tenemos –Suspiro –

-¿Pero que soy? –Dije impaciente de tanta charla sin sentido

-No lo sabemos todavía, para eso iras al instituto, toma –Me tendió una hoja doblada por la mitad –Aquí tienes la dirección de tu cabaña –Me dio unas llaves –Allí encontraras algunas ropas que viéndote así hemos elegido para ti y esperemos que te guste, además del horario de clases y todo tipo de cosas por el estilo, me tengo que ir. Buena suerte

Y se fue dejándome con un millar de preguntas presididas por ¿Qué hay de mamá?

Aparte ese pensamiento y me prometí pensar en eso luego, busque la dirección sin resultado durante lo que supuse serian treinta minutos y me senté en el suelo al lado de una cabaña, estaba agotada de ir por todas partes y todavía me dolían las piernas del tranquilizante, resople, genial no soy humana, estoy perdida y agotada ¿Ahora qué? Una sombra me tapó el sol y al levantar la cabeza pude ver unos enormes ojos azules y una sonrisa traviesa de perfecta dentadura y labios gruesos

-Hola soy Lucas –Dijo dándome una mano, la cogí y me levantó con una enorme fuerza

-Soy Raider -la verdad era que el era extremamente guapo, tenía el cabello negro y alborotado, las pestañas eran largas y llevaba una camiseta negra junto a unos jeans que insinuaban su perfecto cuerpo atlético

-¿Nueva eh? –Dijo –Vamos te ayudare a encontrar tu cabaña

Me ayudó a encontrar mi cabaña y al llegar le invite a entrar, era muy bonita, tenía el salón y la cocina conectados por una barra, el salón estaba presidido por un gran sofá negro de cuatro plazas y una alfombra vino que pegaba con las cortinas unos pocos muebles  más decoraban esa sala, la que se suponía era mi habitación era preciosa, una gran cama presidia la habitación con sabanas negras como la montura de la cama y las almohadas blancas como las cortinas, un pequeño baúl estaba al pie de la cama, a la izquierda de esta había un pequeño tocador de madera negra y a la derecha un gran armario del mismo color, además de una pequeña puerta que dirigía a un pequeño baño, al otro lado de la casa había un gran baño

Dieciocho añosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora