01

145 19 9
                                    

Sarah.

Finalmente, después de un tiempo decidí escribirte. Sabes qué nunca pude pasar mucho tiempo sin hablarte. Eres cómo una necesidad. No digo  'fuiste' porque sigues siendolo.

Hace tres meses encontré tu cuerpo frío tirado en el suelo. Es una imagen que está impresa detrás de mis párpados. Lo único que veo eres tú, muerta, en mis brazos. Y en mi mente las únicas palabras que rondan son: pudiste haber hecho algo para salvarla, y no lo hiciste.

Estoy... Tan perdido sin ti. Tan sin sentido.

Si te preguntas sobre nuestro hijo, ha tenido su primera operación en la pierna. Tiene seis meses, apenas. Se parece tanto a ti. Más que todo cuando le digo qué no haga algo y hace justo lo opuesto.

No puedo dejar de mirarlo y pensar:

¿Por qué querías qué lo matara?



Te extraña,
Alastair.

Cartas a SarahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora