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Sarah,

Hoy ha aparecido el Maestro Rufus. ¿Sabes para qué? ¡Para decirme qué lo ayude con los tratados! Dice qué necesita de mi, que no lo puede hacer sin mi.

Y eso solo me ha bastado para decidirme: Me rebelare por completo contra el mundo mágico. Me volveré un exiliado a voluntad propia. Si no fuera por el Maestro Rufus... ¡El me dijo qué era seguro! Confíe en él. Mis padres murieron. Declan murió. Tus padres murieron. Tú moriste.

No quiero saber más de la magia. O de las personas qué la utilizan. Me limitaré a utilizarla en casa, enseñarle a Call las cosas básicas o simplemente curarle.

Agradezco a Dios todos los días por no habérmelo quitado. Qué él no hubiera muerto.

Es la única cosa qué mantiene vivo. Es la única cosa qué me ata a no seguirte.

Te extraña,
Alastair.

Cartas a SarahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora