11

108 19 11
                                    

Sarah,

Hoy Call ha llorado como nunca. Lo he llevado al parque a pasear -claro qué cargandolo. Una niña se me puso al frente y me dijo qué era tierno y me preguntó si podía cargarlo. Le respondí qué sí, claro, por supuesto, pero qué tuviera cuidado con su rodilla.

Me despiste unos momentos y Sarah, Dios, mi corazón se paralizó. Cuando volví a mirar, la niña tenía a Call tomado de los brazos como una muñeca y lo obligaba a caminar. Call lloraba.

Inmediatamente me acerque a la niña y lo arrebate de sus brazos.

«¿Pero qué te pasa? ¿No ves qué no puede caminar?»

Ella me frunció el ceño. «¡Le estaba enseñando! No es mi culpa qué su bebé haya salido defectuoso» y salió corriendo.

Si es así como lo tratan cuando es bebé, ¿como será cuando crezca?

Te necesita,
Alastair.

Cartas a SarahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora