Puede que hubiesen pasado casi dieciséis años desde la primera vez que había estado allí, pero el apartamento de Selma Al-Jazira seguía siendo un desastre. Lara tropezó inesperadamente con un grueso libro que vete a saber por qué estaba en el suelo, y al tambalearse, golpeó con la cadera una frágil mesa y volcó un vaso de zumo que estaba junto a un montón de papeles, derramándose éste sobre las hojas. La exploradora británica cazó a tiempo el vaso antes de que rodara hacia el suelo y, tras mirar a su alrededor, lo tiró en una papelera cercana y lo cubrió con restos de papeles arrugados. Luego simplemente tapó todo el estropicio con unos cuantos libros y papeles de más.
- Te he visto, nena. - murmuró Zip sin apartar la mirada de la pantalla, frente a su nuevo servidor en un extremo del estudio.
- Lo que Selma no sepa no le hará daño. - replicó Lara, observando de reojo el lento goteo del líquido pegajoso que empezaba a escurrirse por debajo de la pila de papeles.
- Claro, claro. - Zip sacudió la cabeza - Pero en cuanto la princesa levante ese legajo y lo descubra, le voy a decir que ha sido tu trasero huesudo el que la ha liado.
Lara soltó un suspiro.
- La amistad ya no es lo que era.
- Eh, que una cosa es ser hermanos y otra muy distinta ser primos. - El hacker finalmente apartó la vista de la pantalla y giró en la silla para mirarla - Hostia, qué mala pinta tienes. - Lara tenía el rostro, cuello y brazos surcados de cortes. - Hay que ver lo que corta esa mierda de bambú, ¿eh? - Zip sonrió, descubriendo su blanca dentadura.
- No me lo recuerdes. - gruñó Lara.
- Menos mal que el menda lerenda te sacó de allí. - Zip se desperezó en la silla, y al ver que Lara levantaba una ceja, dijo - Venga, nena. Te conseguí el pasaporte en tiempo récord. Soy el puto amo, dímelo.
- Gracias por el pasaporte, pero tú no me sacaste de allí. - una sonrisa traviesa bailaba en los labios de la exploradora.
- Sí bueno, mientras Super-Kurt viva el resto de los tíos estaremos a la cola. - Zip suspiró - Y hablando de superhéroes, ¿dónde está el monstruito?
- El monstruito está con su abuela en Inglaterra. - Lara miró de nuevo el zumo que ya chorreaba por la pata de la mesa - Ha empezado el curso escolar.
Zip soltó un silbido.
- Joder, pobre cría. Seguro que a estas alturas la vieja ya la tiene vestidita con lacitos y encajes y sentada en una mesa tomando el té y masticando pastitas.
Lara torció la boca.
- Creo que prefiero hablar de la jaula de bambú.
En ese momento se oyó el tintineo de unas llaves en la puerta y una mujer pequeña y morena entró en el ya atiborrado apartamento cargando una pila de libros y papeles. Al ver a Lara, sus ojos - grandes, negros y tan dulces como expresivos - se abrieron de par en par y, soltando un estridente chillido, arrojó lo que llevaba en brazos a un lado - contenido que se sumó al ya existente desastre cubriendo muebles y suelo - y se lanzó hacia Lara con los brazos abiertos, tropezando con más libros y mesas durante el trayecto.
- ¡¡Lara!! - gritó Selma Al-Jazira, arqueóloga y profesora de Historia Antigua y Mitología Hebrea de la Universidad de Estambul, colgándose del cuello de una incómoda exploradora británica - ¡Qué ganas tenía de verte! Sufrí horriblemente al saber lo de Sri Lanka. Dios mío, ¿estás bien? - le palpó los cortes de la cara y el cuello - Estás hecha una pena... ¿qué te hicieron? Cabrones...
- Selma, para. - jadeó Lara, retorciéndose para liberarse de su abrazo.
La arqueóloga la soltó, pero sólo para estamparle un par de besos babosos en cada mejilla, que ella aceptó resignada.
ESTÁS LEYENDO
Tomb Raider: El Legado
FanfictionAnna, hija de Lara Croft y Kurtis Trent, ha manifestado de forma inesperada el legado de los Lux Veritatis por vía paterna. Nacida en un mundo libre de los enemigos y amenazas que atormentaron a sus padres, no tendría por qué haber heredado el Don...