Ir a la universidad, para mí, no era tan malo. Sabía perfectamente por qué estaba ahí. Algún día mi padrino morirá y ya no podrá ayudarme cuando me detengan por las cagadas que me mando. Además, las materias que Leyes poseía no eran tan difíciles; bueno, nunca me costó Historia y sus derivados. Por algo tenía las notas más altas de la carrera, y tener las mejores calificaciones sí que ayudaba, si no fuera por eso hace bastante tiempo que no estaría aquí.
Estacioné mi motocicleta y me quité el casco. Pasé mis manos por mi cabello acomodándolo al mismo tiempo que captaba las miradas de las porristas. Les dediqué una sonrisa coqueta y ellas rieron sonrojas. Perras plásticas.
Entré al campus y me dirigí rápidamente a mi casillero. Hice la combinación y se abrió. Saqué un par de lápices y mi cuaderno de Historia de la Sociedad. No me complica la asignatura, lo que me complica es el maldito profesor; no le rompo la cara solamente porque me da pereza.
Avancé rápidamente hasta el salón correspondiente. Adentro solo habían unas pocas personas y me sorprendí al ver a una chica nueva sentada en mí asiento. Me acerqué rápidamente hasta el final del salón donde estaba sentada. Ella estaba escribiendo algo es la mesa con lo que parecía ser un cuchillo. ¿Qué mierda?
“¿Qué quieres, niño bonito?” Preguntó fríamente subiendo la mirada hasta mí. Sus ojos eran verdes, pero podía distinguir manchitas cafés en ellos. Su tez era blanca y tenía una nariz perfecta. Fruncí el ceño, ¿quién era ella para estar en mí asiento y hablarme así? “Te pregunté algo. Tu presencia me estorba.”
“Estás en mi asiento, niñita.” Contesté molesto. “Hazme el favor de moverte.” Ella levantó una ceja y rió sarcástica.
“¿Ves tú nombre en él?” Preguntó.
“No.” Contesté. “Pero eso no quiere decir que no es mío.”
“¿Ves el mío?” Me ignoró y yo negué. “Estás ciego, niño bonito.” Sacó sus manos de la mesa y dejó el cuchillo a un extremo.
Miré bien la madera que la mesa poseía y pude distinguir unas letras no tan grandes en el centro. “Ziva.” Leí y la niña comenzó a reír.
“Es mi nombre.” comentó y dejó de reír de golpe. Se puso de pie y me miró desafiante. “Escúchame niño bonito, tú presencia me estorba y ya has visto que este asiento no te pertenece. Mira, hay demasiados asientos que aún están disponibles, te recomiendo ocupar uno o si no te tendrás que sentar frente al profesor, como el chico perdido en libros que acaba de entrar. “Ahora realmente me sorprendí. Ella nunca apartó su vista de mí y se percató cuando Lionel entró. Sonrió triunfante y se volvió a sentar.
¿Quién mierda se creía ella para tratarme así? “Créeme cuando te digo que esto no se quedará así.” Hablé furioso.
“Créeme cuando te digo que yo siempre obtengo lo que quiero.” Dijo ella imitándome. La miré a los ojos y me percaté que sus ojos irradiaban luz, pero al mismo tiempo tenían mucho misterio. Esta chica captó totalmente mi atención e iba a descubrir todo lo que escondía. Vio que no me movía y frunció el ceño. Me quitó mi cuaderno de mis manos y lo tiró hasta la mesa que estaba dos filas más allá, cayendo perfectamente. “Que te vayas, joder.” Lo dejé pasar solo porque hoy no tenía ganas de discutir más.
Caminé hasta donde tiró mi cuaderno y me senté ahí. El profesor entró y saludó. Para mí la clase pasó bastante rápida, ya que no presté atención y me dediqué todo el tiempo a ver los movimientos que Ziva hacía. Al igual que yo, no prestaba atención en clases, estaba dibujando algo en su cuaderno que parecía ser mil veces más importante que la estúpida clase que el estúpido profesor daba.

ESTÁS LEYENDO
Darks |Harry Styles|
Fiksi Penggemar«La luz salva a la oscuridad, pero la oscuridad no puede salvar a otra.» Portada jodidamente perfecta: @SweeterThanFantasy