CAPÍTULO III

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CAPÍTULO III

La noche de la hoguera.

Viernes y la gente ya se estaba preparando para la fiesta, ayer anunciaron que adelantarían el partido de fútbol, los Rabid Dogs contra los Eskimos. Era un partido amistoso, donde invitaban a los Eskimos a la fiesta de después. Emy formaba parte de la banda escolar y tocaría en honor a las victimas de la peste, antes de encender la hoguera, así que tenía que ir si o si. Estaría con Clainton y mamá en las gradas, aburrida, esperando que la noche pasara.

– ¿Lo has cogido todo? – miré a mi alrededor.

– Sí.

– Móvil, llaves, cartera... – Cogía sus cosas para salir de la puerta.

– Sí mamá.

Sacudió el bolso – Mierda las pipas – salió corriendo a la cocina.

– ¡ Vamos a llegar tarde! – gritaba Clainton desde el coche.

Con tranquilidad me puse la chaqueta y salí de casa, mi madre apareció por detrás sofocada y corría hacia el asiento del copiloto.

– Vamos vamos Anna.

Subí al coche y me puse los auriculares antes que el cinturón y empezó a sonar mi playlits de Spotify. La primera que apareció fue The weeknd, Earned it . Me encantaba la sensualidad de esta canción. Veía las calles, con las farolas ya encendidas. Mis padres se encontraban en su mundo, hablando de cosas aburridas. La canción acabó y empezó otra, The Wire de Haim. Recordé como encontré esta canción y fue cuando me leí todos los libros de Academy Vampire, cuando sacaron la película. Seguía gustándome igual que la primera vez. Mientras tanto intentaba evadirme de los pensamientos para evitar la pregunta que tanto me comía, ¿estará Dexter? PUF, malditos anuncios de Spotify, pasaron unos segundos y apareció otra canción más tranquila, Slow is the new loud, Dardust, a la vez que entrábamos en el aparcamiento del instituto. Había una gran conglomeración de gente que se dirigía al campo, muchos con las caras pintadas a juego con sus camisas del equipo. A mí todo esto me aburría, no era de mi estilo. Clainton aparcó el coche lo más lejos posible de la puerta ya que todo estaba abarrotado. Mi madre de costumbre antes de empezar el partido ya se estaba comiendo las pipas, la gente se sorprendía cuando nos veían comer pipas ya que aquí no era normal. Seguimos a la muchedumbre hasta el alma de la fiesta. Enfadada me quité la música ya que la gente gritaba y silbaba tanto que a penas podía escucharla. Después de unos largos minutos buscando asiento y partido comenzó. Al cabo de unos veinte minutos intensos de fútbol donde me estaba congelando el culo y las manos, decidí ir a por unos refrescos. Bajé las gradas y cera de la nueva parada me encontré con Marga.

– No decías que no ibas a venir.

– Ya bueno, díselo a mis padres – Miré hacia los asientos.

– Pues me alegro, habías desaparecido – me miró expectante y dándole un sorbo a la cerveza.

– Supongo que te quedarás hasta a la hoguera no?

– Y perderme al entrenador intentando ser un director prodigioso de música? Ni loca. Ha ha ha – su comentario me hizo gracia, imaginarme al señor Cox con una barita en la mano y con un chándal me hacía sonreír.

– Bueno vine a despegarme un poco del partido, estaré con mis padres, ¿estas sola? – esperaba una escusa para librarme.

– Lo siento tía, estoy con mi nuevo ligue – se giró y señaló a una chica rubia, delgada y alta de cejas pobladas con mirada frágil, parecía muy delicada, no era del estilo roquero de Marga.

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⏰ Última actualización: Jan 26, 2017 ⏰

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