PRÓLOGO

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Prólogo

Podía olerlo.

Alcé la cabeza en busca de su presencia, no podía andar muy lejos. Husmeo el aire para encontrar su perfume, pero no lo captaba. La gente me miraba como si fuese un ido de mente pero, no me importaba, el hecho de poder degollarlos sin pestañear me satisfacía pero, montar una escena era lo último que deseaba.

Percibía las emociones del individuo, alegría, énfasis, ¡dag! Un cúmulo de sentimientos inútiles.

Se que estaba cerca porque sino no lo percibiría, pero era algo extraño. Sentía en particular su ser, él. Sentía lo que él sentía.

Desesperado buscaba sentido a todo este ajetreo.

Estaba cerca. Lo sabía. Lo sentía.

Los efluvios de su estigma llegaban hasta mí. Mis pupilas se dilataban presas del deseo que me provocaba desasosiego. Agudicé mi visión y mi olfato en busca de ese ser.

¿Donde estaba?

Debía parar esta condena. Debía saciar mi sed.

Mis puños se cerraron haciendo pequeñas incisiones en mis palmas, goteando lágrimas carmesíes a causa de mis uñas. Me excitaba todo esto, sentir esta oleada de sensaciones...¿humanas?

Estaba listo, estaba dispuesto a dejarme llevar por el deseo, estaba listo para la caza.

Estaba listo para que comenzara el juego.



CAPÍTULO I

El inicio.

Me adentré en el coche, alargué el brazo para alcanzar el cinturón. Al estirarlo saltó el tope, parando de golpe el cinturón. Con tranquilidad retrocedí la mano para volver a tirar, de nuevo me lo impidió pero, esta vez no escuché el golpe seco que hacía el freno del interior del cinturón. Miré a mi derecha y no había nada. Hice otro intento para ponérmelo y salió con fluidez. Esperé unos segundos, observando la tranquilidad espeluznante de un parking vacío, y adentré la llave para arrancar el motor.

- Bonito coche - una voz joven me sobresaltó y al verle a mi derecha no pude evitar gritar de pánico. - Shh, ni que hubieras visto a un muerto... - sonrió de forma malévola - ups, espera, sí.

Agarró mi cabeza y la estampó contra el volante, haciendo sonar la bocina. El dolor retumbaba en mi cabeza, su fuerza fue desproporcionada con su tamaño. Tiró de mi cabello corto y me zarandeó hacia atrás.

- Tu... - intenté decir algo pero el dolor de mi sien me había dejado des concentrado.

- Sí, ¿qué tal la autopsia? - sus dedos ágiles estiraron de mi camisa, acercándome. - La próxima vez no dejes cicatriz.

Mi cuerpo estaba hipertenso, con un escalofrío en la piel y un gran shock en mi cabeza.

- Pero, Dios... - me soltó e intenté salir corriendo. Desabroché el cinturón y abrí la puerta desesperado.

Conseguí salir al parking, corrí unos metros con la esperanza de sobrevivir y antes de la salida,viendo mi esperanza, me agarró por el cuello y me levantó, el pánico me paralizaba mis pies buscaban cualquier modo de sentir suelo firme y mi garganta se cerraba agónica.

- La próxima vez que intentes huir... - miró fijamente mis ojos - te mataré, y no dudes, tengo hambre y estoy resistiéndome, tienes poco tiempo.

DIE TONIGHT AND LIVE FOREVERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora