Titanic: El barco de los sueños

EL TITANIC

Una mañana del 25 de Marzo de 1912 un cartero muy desesperado llego a casa y entro así nomas, cosa que nunca habían hecho. Nos entrego un paquete y nos dijo que era muy importante y urgente que la revisáramos ya mismo, luego el se retiro y se fue. 

Mamá abrió el paquete rápidamente y revisó la carta que traía dentro de él. Lentamente a ella se le empezó a caer las lágrimas, yo le pregunté que le pasaba... ella me contestó que mis abuelos habían muerto. Yo caí en lágrimas ya que eran los únicos abuelos que tenía.

La carta decía que ellos nos dejaban una herencia ya que mi mamá era la única hija que habían tenido, por lo tanto toda esa plata era para mi mamá y para mí ya que mi papá había muerto en un accidente automovilístico. Ellos nos habían dejado 10.000 libras que para ella época eso era muchísima plata. Mamá no sabía que iba a hacer con ese dinero, dijo que lo pensaría la mañana siguiente.

Al despertar nos enteramos que el 10 de Abril era el viaje inaugural del trasatlántico británico más grande del mundo que zarpaba desde Inglaterra hasta América, el RMS Titanic. En ese momento mi mamá pensó que podíamos viajar en ese barco hasta Nueva York ya que mis abuelos vivían allí y su entierro sería en ese lugar. Rápidamente fuimos a las boleterías del transatlántico a ver cuanto costaban los pasajes. Allí nos contaron que se dividían en tres clases, en la primera que costaba entres 200 y 700 libras, la segunda entre 13 y 80 libras y la tercera clase un solo pasaje 7 libras. Mi madre dijo que debíamos viajar con todos los lujos ya que teníamos el suficiente dinero para viajar en primera clase con todas las comodidades. Ella compró dos pasajes de primera clase, le costó 1200 libras.

También nos enteramos que en ese barco viajaban algunas de las personas más ricas del mundo, yo rápidamente pensé que nosotras no somos unas de esas personas, así que le dije a mi mamá que como no éramos como esa gente vestíamos como personas de tercera clase. Como nos había sobrado plata de la herencia fuimos de compra y nos compramos unos vestidos perfectos para la ocasión, además de zapatos, sombreros, sombrillas, diamantes y demás.