Capitulo 2

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Felipe

         Esa noche andaba por pura coincidencia en aquel barrio.  Fue pura suerte que justo en ese minuto ese hombre estuviera forzando a esa mujer cuando yo pasaba por ahí.  Le di un fuerte golpe en la espalda el cual lo tumbó en el suelo.  Al confirmar que el hombre no se movía vi realmente a la chica a la cuál estaba a punto de violar.  Quedé pasmado por su belleza.  Tenía el pelo castaño, suelto sobre los hombros.  Vestía de jeans y una simple polera blanca, pero lo que más me llamó la atención fue su rostro.  Tenía la cara ovalada, inspiraba inocencia pura.  Unos ojos enormes de color negro azabache en la oscuridad de la noche, una nariz pequeña y recta con unas pocas pecas, sus labios eran gruesos y sus cejas delgadas.  Tenía la mandíbula tensa pero luego de observarme unos segundos la relajó.  La acompañé hasta su casa un par de calles más lejos, y no fue hasta el último minuto,  justo antes de que le pidiera su número para llamarla que descubrí que esa chica que yo había pensado inocente era en realidad una prostituta.  Quedé en shock al darme cuenta, y antes de que pudiera decir algo ella se alejo y entró en el burdel.  Me dije a mi mismo que olvidaría esa noche, que nunca sucedió, pero por alguna razón no pude.  Me encontré pensando en ella una y otra vez hasta que un mes más tarde se me ocurrió la solución.  Comencé a pensar en como llevar a cabo mi plan para ayudarla.  Mis padres poseían mucho dinero, pero pedirles una suma era algo que me avergonzaba por lo que ideé la manera para que conocieran a Maite y ellos por iniciativa propia decidieran darle un trabajo o dinero para que comenzara una vida, eso sí ellos ignoraban la forma en la que ella se ganaba la vida.  Me alegré al saber que mi familia planeaba un viaje de un fin de semana a nuestra casa en la playa, una grandiosa mansión a las orillas del mar, el lugar perfecto para que la conocieran.  Lo único que me preocupó en un principio era en la impresión que iba a dar ella, pero al recordar su rostro supe de inmediato que no era algo de que preocuparse.  Les informé a mis padres mi petición de llevar a una amiga que deseaba que conocieran al viaje, y ellos accedieron alegres.  Me entró una ola de tristeza en ese momento pues eso era todo lo podría ser.  Mis padres podían ignorar que ella trabajaba en un burdel, pero yo no e iba en contra de mis principios el siquiera sentir algo por alguien como ella.

         Apenas tuve el permiso de mi familia le fui a comunicar mi plan.  Seguí el mismo camino que recorrí junto a ella un par de meses antes y me detuve ante la casa en que ella había desaparecido.  Entré lentamente escrutando el lugar.  Era tarde por lo que estaba repleto de gente.  Había hombres ebrios por todas partes, toqueteando a sus mujeres asignadas por la noche, pidiendo más alcohol y algunos otros disputando sobre quién iba a tener a que mujer.  Me sentí fuera de lugar y por un momento pensé en irme.  Estaba evaluando la situación cuando una mujer pelirroja de unos veinte y tantos años se me acercó.  Me tomó por la cintura y me guió hacia un sillón.  Le comencé a decir que buscaba a alguien más, pero ella no pareció entenderme por lo que le dije que no la quería a ella sino a otra.  La mujer estuvo a punto de preguntarme a quien buscaba, pero en ese momento vi a la Maite subiendo la escalera.  Grité señalándola para que me escuchara y la pelirroja me indicó que la siguiera.  La seguí por un largo pasillo hasta que entró en una habitación, y al cerrar la puerta me observó en silencio.  Comencé a caminar nerviosamente por la habitación pensando en como decirle mi plan.  Finalmente le sonreí y dije:

“Maite, quiero ayudarte”

Me miró extrañada y levantó una ceja.

“Mis padres tienen dinero, y este fin de semana vamos a ir a una casa en la playa que tenemos.  Mi plan es que vengas con nosotros, que te conozcan y siesque das una buena impresión te pueden dar algún trabajo, costear estudios o prestar dinero.  Cualquier cosa que necesites para salir de este lugar y tener una vida normal.”

La Casa RojaWhere stories live. Discover now