Capitulo 8

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El rubio sonreía divertido al ver como su pareja veía embelesado casi todo lo que había en ese sitio sin percatarse de que ya habían llegado a su destino hace unos momentos atrás y este como buen novio que es; tuvo que sacarlo de su ensimismamiento.

-Kaneki ya llegamos-habló suavemente pero este parecía perdido en su mundo-¡Kaneki oye!-elevando un poco la voz; sacudiéndolo por los hombros.

-¡A...ah! ¡¿Qué?! ¿qué pasa?-dijo confundido saliendo de sus pensamientos.

-Sí que estás perdido-riéndose de su ocurrencia; mientras sacaba unas llaves de su bolsillo, abría la puerta de su departamento-Bueno entramos-haciéndose a un lado manteniendo la puerta abierta como todo un caballero para dejar pasar primero a su novio.

-Si gracias-argumento este para luego ingresar a la residencia.

Al entrar se llevo una gran sorpresa todo estaba limpio; impecable y el cuarto emanaba un aroma delicioso de seguro de algún desodorante costoso, caro nada comparado a como su amigo antes mantenía su habitación toda sucia, desordenada.

-Te gusta-pregunto este sonriendo gentilmente-Es que después de que desapareciste inesperadamente me di cuenta de que llevaba una vida muy complicada para mi edad, quise cambiar algunas cosas así que termine la universidad en tiempo récor empecé a buscar trabajo cosa que conseguí, también aprendí a ser un poco más ordenado con mi vida-termino relatando.

-Lo siento-se disculpo bajando la mirada ya que sabía que le había hecho mucho daño a su amigo inconscientemente obligándolo drásticamente a que cambiara su forma de ver las cosas, de llevar su vida rutinaria.

-No te disculpes no es tu culpa-afirmo acariciando su mejilla cariñosamente-Así que por favor cambia esa cara sabes muy bien que odio verte triste, me vas a hacer llorar-abrazándolo para transmitirle más seguridad-Haber una sonrisita; una sonrisita muéstreme una sonrisita-empezó a bromear como si fuera un niño pequeño para cambiar el ambiente pesado que se había formado hace unos minutos logrando sacarle una pequeña sonrisa de los labios al peliblando.

-Aun no sé como logras levantarme el ánimo tan fácilmente-riéndose bajito.

-Es porque yo te conozco, se cuando algo te afecta o te molesta-dándole un beso corto en los labios-No puedes engañarme-susurrándole en el oído seductoramente a la vez que mordía su lóbulo.

Arrancándole un gemido de esos exquisitos labios mientras lentamente lo iba empujando hacia la pared más cercana de ese apartamento aprisionándolo con su cuerpo para después colocar sus manos fuertemente a cada lado de su cabeza en el duro concreto sin dejarle escapatoria alguna.

Era sumamente imposible para el apartar la mirada de esa belleza que se encontraba en frente suyo, lo mejor de todo es que le excitaba saber que lo tenía a su total merced, que podía hacer lo que quisiera con esa preciosura.

Y no tuvo que pensarlo dos veces antes de capturar sus labios en un demandante beso que tomo por sorpresa al albino quien trataba de seguirle el ritmo torpemente sintiendo como este mordía y succionaba su labio inferior en algunas ocasiones para que abriera su cavidad bucal, así poder meter su lengua en ella.

Sus lenguas danzaban fervientemente en un apasionado beso escuchando el chasquido que hacían sus bocas al chocar entre ellas haciendo el encuentro más satisfactorio para ambos. Luego de unos minutos intercambiando saliva entre sí tuvieron que separarse ya que sus pulmones pedían a gritos por un poco de aire.

La sala estaba vacía y lo único que se lograba oír en ese espacio reducido eran sus respiraciones agitadas tratando de regularizarlas sin éxito. Ninguno dijo nada por el momento pero eso no quitaba la idea de que se sentían insatisfechos por el contacto mínimo que habían mantenido en tan poco tiempo.

Necesitaban más que solo unos simples besos, eso se notaba por cómo se miraban cada uno deseosos de probar más.

Por otro lado el ghoul se encontraba con los labios entreabiertos, con las mejillas teñidas de un color cereza brillante que contrastaba perfectamente su piel blanquecina volviéndose al instante extremadamente irresistible para cierto rubio que no pudo aguantar más y ataco nuevamente sus labios en un desesperado beso mientras que con una mano iba acariciando, tocando todo a su paso hasta que se topo con la orilla de un pantalón sonriendo contra el beso por haber encontrado el objeto de sus deseos para después ir bajando el cierre; jalando a la vez esa estorbosa prenda.

-E-espera no-dijo el peliblanco antes de que lograra su objetivo tratando de apartarlo con sus manos inútilmente.

-¿Por qué debería esperar?-mirándolo inquisitivamente-Si este era el plan desde un principio-pasando su lengua por la comisura de sus labios quitando los residuos de saliva en ellos.

-Po-porque yo...bueno...y-yo-sentía un nudo en la garganta que le impedía pronunciar palabras-No se...-bajando la mirada mientras temblaba levemente.

Y lo peor de todo es que podía sentir la mirada insistente de su pareja clavada en su persona y está en vez de tranquilizarlo lo ponía aun más tenso.

-Kaneki no hace falta que me lo expliques-soltando un suspiro pesado para después tomarlo del mentón suavemente haciendo que sus miradas chocaran-Puedo sentir claramente que tienes miedo...o me equivoco-acariciando gentilmente ese rostro enrojecido-No voy a ombligarte a hacer algo que no quieras-depositando un beso en su frente.

-Hi-Hide-dijo con una voz inaudible.

-Kaneki sabes lo mucho que te amo ¿No?-recibiendo un si departe de su novio -Que bueno es saberlo-separándose del cuerpo ajeno.

*Bueno espero que les guste y muchas gracias.*

Continuará...

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⏰ Última actualización: Jan 25, 2017 ⏰

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